lunes, 8 de diciembre de 2014

EL PUCHERAZO ELECTORAL DE LA UE EN MOLDAVIA

Tras la elecciones moldavas el pasado 30 de noviembre, y después de un polémico escrutinio que dio el triunfo —por un estrecho margen— al bloque occidentalista ante el rusófilo. En Noticias AyR hemos publicado un amplio artículo sobre tal evento, donde se denuncia el muy probable fraude («pucherazo») electoral auspiciado por nuestra ‘democrática’ Unión Europea:

 «Manipulando por una causa justa: el recuento de los votos de las elecciones en la República de Moldavia ha acabado. Es evidente que los partidos pro-UE utilizaron todo tipo de trucos, por sucios que fueran, para permanecer en el poder.

 »Casi una semana después de las elecciones al parlamento en la República de Moldavia ha concluido el recuento de los votos. Como se supo tras hacerse público en la capital Chisináu el resultado del recuento de los votos, el Partido Socialista es el partido más votado con 20,51% de los votos, seguido por los Demócratas Liberales del antiguo jefe de Gobierno Vlad Filat. El tercer partido más votado fue el Partido Comunista, que recibió el 17,48% de los votos. Junto con otros dos pequeños partidos, las fuerzas "proeuropeas" han obtenido el 45% de los votos, de manera que han logrado una mayoría muy justa de los escaños. 

 »Antes de que se conocieran los resultados se supo que el gobierno pro-EU había utilizado todos los medios de las llamadas "técnicas electorales" para evitar la derrota electoral que le amenazaba...»


Sin llegar (de momento) a la situación violenta de la vecina Ucrania, es otro ejemplo de cómo Occidente está ampliando su imperialismo hacia el Este.

Desde la caída del Muro de Berlín y el desmantelamiento de la Unión Soviética, creíamos que iba a cambiar el mundo para mejor. Y la realidad fue peor. La avidez depredadora de las democracias capitalistas occidentales no tiene límites, el número de guerras y golpes de Estado (hipócritamente denominados «revoluciones de colores») se ha incrementado… Dándonos un ejemplo de que nuestro ‘democrático’ Occidente, más que un alivio y una solución, es justo todo lo contrario para la paz y la convivencia mundial.