08 Julio 2017
Desde la Sección Sindical de Artes Escénicas y Cinematográficas y el Sindicato de Artes Gráficas, Comunicación y Espectáculos de la CNT, expresamos nuestra más profunda indignación ante la noticia del fallecimiento en la noche de ayer viernes 7 de Julio de 2017, del bailarín y coreógrafo Pedro Aunión, mientras ejecutaba su espectáculo y el comportamiento inhumano de la organización del festival.
Hay dos aspectos realmente preocupantes en este caso. Por un lado, la falta de seguridad en un tipo de actividades en que el riesgo de caídas graves es muy elevado. No se puede ni debe consentir la falta de seguridad de los y las trabajadoras que realizan su gran labor artística. ¿Qué ha fallado en este caso? ¿Qué medidas de seguridad se habían adoptado? Debe ser una prioridad garantizar que ningún trabajador/-a pueda fallecer por realizar su trabajo. Se nos vienen a la mente las redes que los trapecistas circenses instalaron para su seguridad. ¿Por qué en este tipo de espectáculos no hay medidas similares que puedan evitar un desenlace tan fatal como el ocurrido anoche? De enero a abril de 2017 se han registrado 158.736 accidentes de trabajo, de los cuales 169 han resultado mortales, 496 muertes en 2016, según fuentes del Ministerio de Empleo. Anoche se vivió en directo un ejemplo más de como la falta de previsión puede acarrear graves consecuencias a quien trata con su arte de entretener y deleitar a un público cada vez más exigente.
Por otro lado, nuestra mayor repulsa ante la decisión de la organización del festival de seguir como si nada. No solo estamos ante una falta del más mínimo respeto, sino también ante una total deshumanización que no puede, ni debe, arraigar en los festivales. Se supone que son eventos para la unión de sensibilidades y compartir experiencias culturales que unan y aporten crecimiento en lo personal, además de una vía de escape del estrés de una sociedad que nos exprime constantemente. Nos parece inconcebible que, ante la gravedad de lo acontecido, proyectado en pantalla gigante al público del festival, no se haya suspendido inmediatamente. Mirar para otro lado y esconder lo ocurrido bajo la alfombra, representa lo más cruel, incivilizado y alienante que esta sociedad puede albergar.
No podemos terminar este escrito sin mostrar nuestro cariño y apoyo a la familia y amigos de Pedro.
¡Qué la tierra te sea leve, compañero!
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