jueves, 9 de septiembre de 2021

Desde el Confinamiento, N°38

EDITORIAL: Parar a la extrema derecha

El fascismo, surgido originalmente como un instrumento para aplastar el movimiento obrero revolucionario, y convertido más tarde en pilar ideológico del proyecto hegemónico mundial de Alemania, tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial el fascismo pasó a convertirse en una marioneta al servicio del poder. Durante la Guerra Fría fue utilizado por la OTAN para camuflar su estrategia para desestabilizar gobiernos contrarios a los intereses de EEUU (redes Gladio, Cóndor, WACL, etc.), recuperando el papel de matón que tuvo en sus inicios.

Al final de la Guerra Fría pasó a ser un instrumento de la socialdemocracia: en los 80 el Frente Nacional de Le Pen creció gracias a los medios de comunicación por orden de François Mitterrand, líder socialista que fue durante la Segunda Guerra Mundial alto cargo del gobierno colaboracionista con los nazis (todo ello denunciado en el libro de Pierre Péan Une jeunesse française, publicado en 1994). Y en España, las tramas ultras durante la Transición favorecieron la estrategia del “voto útil” del PSOE que llevó a Felipe González al poder.

Hoy día, la “lucha contra la extrema derecha” fue el lema utilizado por el PSOE y Podemos para llegar al poder y llevar a cabo una política tan neoliberal como al de la extrema derecha que decían querer parar. De la misma forma, la “lucha contra la extrema derecha” es uno de los lemas de los nacionalistas supremacistas catalanes, que al mismo tiempo llevan a cabo homenajes a personajes cercanos al fascismo como los hermanos Badia, torturadores de anarquistas durante la Segunda República.

Como tantas otras cosas, la “lucha contra el fascismo y la extrema derecha” ha perdido su significado original. Hoy día es un instrumento del progresismo neoliberal e identitario para hacerse pasar por izquierdistas, a pesar de que rechazan la igualdad, pilar fundamental de la izquierda en su lucha por una sociedad más justa. 

La instrumentalización del uso del fascismo por el progresismo neoliberal para hacerse pasar por izquierdista mientras lleva a cabo políticas derechistas está distanciando cada vez más a la juventud de la izquierda. Algo lógico, ya que diariamente ven al “gobierno más progresista de la historia” llevar a cabo políticas que aumentan la desigualdad social y favorecen a los privilegiados. Hay que abandonar la palabrería hueca del “parar a la extrema derecha” y sustituirla por la lucha por el reparto de la riqueza antes de que sea tarde.


Los textos que incluimos en este numero son los siguientes:




- Los anarquistas de Freedom Press y las Fuerzas Armadas de Su Majestad, por la Military Intelligence, Section 5 (MI5)




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