EDITORIAL
Cuando hablamos de la Teoría de la Evolución, lo primero que se nos viene a la cabeza es el nombre de Darwin, a él se le atribuye su paternidad, pero no lo es. El ‘padre’ de la Evolución fue Lamarck, Darwin la popularizó e hizo más presentable para las élites sociales. Darwin —junto a Wallace— fue el autor de la Teoría de la Selección Natural; en su libro de 1859, El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida (su verdadero y largo título original), nada dice sobre el origen o formación de los seres vivos, pero sí de su preservación o permanencia mediante la selección natural.
Por otra parte, Darwin al inspirarse en Malthus dio pie a que la metafórica ‘lucha por la existencia’ fuese utilizada como justificación del desigual sistema capitalista y el imperialismo occidental. Ya por el último tercio del siglo XIX hubo voces críticas, y una de las más conocidas fue la de Kropotkin. Kropotkin antepuso el apoyo mutuo a la competitiva visión de la Naturaleza que el darwinismo defendía.
El darwinismo al aceptar la genética mendeliana, rechazó a Lamarck, y se convirtió en neodarwinismo en el primer tercio del siglo XX, y esta Síntesis Neodarwinista es la que impera desde entonces. Aunque a lo largo del pasado siglo surgiese evidencias que la ponían en duda. Los cambios bruscos implican más Evolución que los cambios graduales adaptativos. Las mutaciones genéticas no son producto del azar, los llamados transposones y retrotransposones son trozos del ADN que se duplican o se recolocan en determinados momentos. El llamado ADN ‘basura’ no lo es. Las infecciones víricas y bacterianas afectan al genoma. La hibridación es bastante más frecuente de lo que se creía. Sin olvidar, el papel esencial de la simbiosis en la Evolución o la influencia del medio con la moderna epigenética. Todas estas evidencias empujan a ver que es necesario un nuevo paradigma científico en Biología, como lo hubo en la Física con las Teorías de la Relatividad y la Cuántica.
Selección no es lo mismo que Evolución, la primera actúa como una criba que permite la supervivencia de las formas vivientes para dejar descendencia, pero no las crea. Es como reducir el mecanismo de un grifo a su filtro. El debate hoy no está entre creacionismo y evolucionismo, sino entre las diversas maneras de entender la Evolución. Con este número os exponemos algunos artículos sobre el tema.