domingo, 25 de julio de 2021

Desde el Confinamiento, N°36

EDITORIAL: ¿El principio del fin?


Mientras los monigotes puestos a cargo de los estados se dedican a marear la perdiz con el espantajo del Coronavirus, detrás del dcorado de la escena internacional está teniendo lugar un enfrentamiento soterrado cada vez más peligroso. Biena muestra de ello es el creciente despliegue militar occidental en las aguas del Mar de China, con presencia de la marina francesa y británica. La creciente presencia de las antiguas potencias coloniales en Asia, que en el caso británico se ha anunciado permanente, es paralela al despliegue militar de EEUU y sus aliados en el Mar Negro. Un reciente incidente, en el que la fragata británica HMS Defender entró de manera provocativa en las aguas territoriales rusas, dio lugar a una escalada inmediata por parte del ejército ruso: se enviaron barcos de guerra que dispararon salvas de advertencia para forzar al intruso a retirarse, mientars aviones de combate ponían a la embarcación británica en el punto de mira de sus sistemas de ataque; posteriormente, la portavoz del gobierno ruso denunció que la provocación había sido seguida de cerca por un despliegue aéreo del pentágono, y advirtió que se había dado orden de disparar de inmediato a hundir cualqueir embarcación que prenetre en el espacio ruso.


Estos juegos de guerra son paralelos a una creciente escalada de provocaciones en torno a las dos potencias euroasíaticas: las “revoluciones de colores” en Hong Kong y Bielorrusia, y el apoyo a grupos etnicistas que buscan provocar el estallido de una guerra civil en Myanmar, son buena muestra de la siembra del caos por las potencias occidentales; y hay que dejar constancia de que, en todos estos casos, siguiendo el modelo de Siria, el movimiento anarquista de manera casi unánima se ha puesto del lado del bando estadounidense.


Estos ruidos de sables son parte de la estrategia de Washington para domar a China, por negarse a ser sacrificada en el altar neoliberal para que el sistema financiero global controlado por EEUU pueda seguir funcionando. Y la pandemia se ha convertido en el instrumento perfecto para ello, al permitir fracturar las cadenas globales de suministro, arterias de la economía globalizada. La escasez de contenedores actual, provocada por las “medidas contra el Coronavirus” occidentales, y su acumulación en los puertos de EEUU, está provocando una creciente carencia de todo tipo de materias primas, y amenaza con provocar un brusco frenazo de una economía global que algunos avisan podría dar lugar a una crisis mayor que la Gran Depresión, provocada por el derrumbe del mercado global en los años 30. ¿Será ese el famoso Great Reset?


Los textos que incluimos en este numero son los siguientes:


- Contra el feminismo carcelario, por Victoria Law


- Contra el feminismo punitivo, por Ricardo Dudda


- Contra el feminismo punitivo: Herramientas para destruir la casa del amo, por Laura Macaya Andrés





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