martes, 13 de diciembre de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 71: El futuro del capitalismo

EDITORIAL: Identidades, pánico y sacrificio


Hace más de 75 años, al acabar la Segunda Guerra Mundial e iniciarse la Guerra fría, EEUU y UK pusieron en marcha una inmensa maquinaria propagandística para ahogar las voces que pedían una sociedad más igualitaria. El objetivo era apoyar cualquier corriente política o filosófica que, por debajo de su superficie ideológica, pudiese ser asimilable por el capitalismo y sirviese para hacer frente a la propaganda de Moscú. Como parte de esta operación, el gobierno británico puso en marcha el Information Research Department (IRD), para el cual George Orwell redactó su lista infame de personas simpatizantes con la URSS en el mundo de la cultura. En EEUU, la recién creada CIA creó el Congress for Cultural Freedom y puso a cargo a Tom Braden, que en su famoso artículo Estoy encantado de que la CIA sea inmoral explicó la lógica  de la Guerra Fría Cultural: " (el movimiento comunista) habían robado las grandes palabras... los delegados de países subdesarrollados en la ONU asumían que cualquiera que estuviese a favor de la “paz”, la “libertad” y la “justicia” debían de estar a favor del comunismo".


La solución fue aplicar la fórmula de “la unión hace la fuerza”: con financiación de la CIA canalizada a través de organizaciones como la Fundación Ford, el capitalismo impulsó al sector de la izquierda contrario a la URSS, desde la socialdemocracia a el trotskismo y los sectores anticomunistas del movimiento anarquista, como Gastón Leval (de ello habla Peirats en sus memorias).  Esta primera fase, puesta en marcha durante la etapa más dura de la Guerra Fría, cuyo objetivo era contrarrestar la influencia del comunismo sobre el movimiento obrero, fue desarticulada a finales de los 60, cuando se pasó a apoyar a la llamada “nueva izquierda”, usando las nuevas palabras de  movimientos sectoriales ajenos a la lucha de clases, como el ecologismo, la homosexualidad el feminismo y los derechos humanos (para ello se creó Amnistía Internacional). En la segunda y última etapa de la Guerra Fría dichos movimientos giraban en torno a una izquierda cuyo discurso se centraba en la igualdad y la lucha de clases. Tras la desintegración de la URSS, el capitalismo justificó su hegemonía global con las nuevas palabras, que sustituyeron la defensa de la igualdad y la lucha de clases en el espacio ideológico de la izquierda por movimientos identitarios de todo tipo enfrentados entre ellos (nacionalismo/etnicismo, LGTBetc, feminismos), así como un movimiento ecologista que  asumió una linea cada vez más apocalíptica y misantrópica.


Como explica en este número Fabio Vighi, el capitalismo actual se prepara para pasar a una nueva época y dejar atrás el modelo industrial, origen de la ilusión de la abundancia del modelo basado en el consumo. Como esto implica un empobrecimiento generalizado y el fin de los sistemas sanitarios, de pensiones o de educación del Estado del Bienestar, para hacer frente a la inevitable resistencia se está aplicando la doctrina del shock usando el pánico (al clima, al virus, al frío) para disciplinar a la sociedad exigiendo que se sacrifique por un supuesto “bien común”. La tarea actual de quien quiera una sociedad basada en la igualdad es organizar la resistencia contra sus planes, rechazando el miedo y odio que vomitan los colaboradores del Estado para evitar que nos organicemos. No hay tiempo que perder.


lunes, 28 de noviembre de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 70: La Primera Internacional en Valladolid

EDITORIAL: Recuperar el pasado


Desde que se acuñase el término “Fachadolid” para referirse a Valladolid, sus habitantes hemos tenido que soportar ese sanbenito al viajar por el resto de España, sufriendo en muchos casos la desconfianza e incluso rechazo por parte de personas de izquierda. Además de ser rechazable per se, al ser injusto hacer cargar con la culpa de crímenes a personas que no han tenido nada que ver con ellos, en nuestro caso es más injusto por ser mentira.


“Fachadolid” condena al olvido a quienes se enfrentaron con las bandas fascistas durante la llamada Transición; borra de la memoria a quienes tuvieron que aprender a solas a organizarse de manera clandestina para resistir al fascismo y el Capital porque las organizaciones tradicionales había sido destruidas; silencia las voces de quienes se organizaron para luchar  contra el Franquismo al acabar la guerra civil; y, sobre todo, se burla de las víctimas de las masacres llevadas a cabo contra la población civil por las bandas de matones fascistas, que comían churros y bailaban mientras cantidades interminables de personas de izquierdas -o sospechosas de serlo- eran ejecutadas ante sus ojos, un espectáculo repugnante digno de los peores tiempos de la Inquisición, que ya sufrió Valladolid bajo Felipe II al ser un nido de “herejes”.


Quienes tenemos la suficiente edad recordamos haber visto  el miedo en los ojos, como aquel afilador a finales de los 80, que al hablar de las masacres bajaba la voz y miraba a su alrededor; haber oido las historias de fosas comunes de fusilados encontradas en los Montes Torozos al hacerse obras en el aeropuerto de Villanubla, o sobre explosiones de violencia entre los descendientes de las víctimas y de los verdugos en las fiestas los pueblos, porque el pasado en las familias nunca pasa del todo; o haber oido la dignidad en la boca de aquel vendedor de bocadillos, hijo de un alcalde del PSOE fusilado por el fascismo, que se negó a poner su apellido en una candidatura para no mancillar la memoria de su padre.


“Fachadolid”, en fin, es un término hijo del olvido de las víctimas del fascismo y de quienes lucharon contra el, y carece de base histórica alguna, más allá de la calenturienta mente de su inventor. Digno heredero de las mentiras con las que nos han machacado los propagandistas franquistas, es necesario erradicar esa palabreja, esa losa que quiere evitar que recuperemos el pasado, nuestro pasado, censurado, manipulado y destruido sistemáticamente. Desde estas páginas vamos a desenterrar, poco a poco, esa historia olvidada de nuestra ciudad.


domingo, 20 de noviembre de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 69: Ricardo Flores Magón

EDITORIAL


Este presente año 2022 el Gobierno de México, con apoyo parlamentario, lo ha dedicado a la figura de Ricardo Flores Magón, ya que este 21 de noviembre se cumple el Centenario de su muerte. Curiosamente este anarquista está considerado ‘precursor’ de la Revolución Mexicana. 

Igualdad y Libertad son dos principios que van de la mano, esto es lo que diferencia al socialismo del liberalismo. La formación del Estado moderno hay ido paralela a la imposición de la economía de Mercado, o sea, capitalista, en las sociedades. (Mienten aquellos «neoliberales» que dicen que en nombre del «Libre Mercado» quieren menos Estado, pues lo necesitan para el bien de sus negocios y la explotación consecuente de sus conciudadanos asalariados.) Capital y Estado no rivalizan entre sí, se formaron y van juntos. Los efectos perniciosos del capitalismo produjeron como respuesta el socialismo, la lucha de clases es más consecuencia de la Historia que su motor. El socialismo tiene su origen en el liberalismo, pero es más avanzado al tratar el tema de la justicia social. A la rama antiautoritaria del socialismo lo llamamos anarquismo. En una sociedad estructurada de manera vertical o piramidal no hay Igualdad —sea con gobierno democrático o sea dictatorial—, donde unos mandan y otros obedezcan la relación es desigual: no hay Igualdad. Esto es irrefutable por mucho que se intente disfrazar.

El concepto de nación o patria justifica ideológicamente el Estado moderno y, por ende, el liberalismo. Nacionalismo riñe con socialismo, aunque lo mezclen algunos erróneamente. El anarquismo implica todo rechazo al patriotismo y sometimiento a todo tipo de Poder. Y en nombre del bien común no se puede oprimir a los individuos, ya que los individuos son productos sociales, así como las sociedades están compuestas de individuos. Los derechos individuales no chocan con los colectivos.

Resulta de en un Estado como el mexicano sus mandatarios decidan dedicar este año a un anarquista. Un anarquista que era lo contrario a lo que ellos representan. Simplemente por robar su legado y manipularlo, ya que este anarquista fue una figura popular y no gubernamental. Le atribuyen ser precursor de algo que nunca apoyó y que se llamó Revolución Mexicana.

Un anarquista que escribió cosas como éstas contra el patriotismo y los gobiernos:

«La patria es de los que la poseen, y los pobres nada poseen. La patria es la madre cariñosa del rico y la madrastra del pobre. La patria es el polizonte armado de un garrote, que nos arroja a puntapiés al fondo de un calabozo o nos pone el cordel en el pescuezo cuando no queremos obedecer las leyes escritas por los ricos en beneficio de los mismos ricos. La patria no es nuestra madre: ¡es nuestro verdugo!»

«Ante todo debo decir que me repugnan los Gobiernos. Estoy firmemente convencido de que no hay ni podrá haber un Gobierno bueno… Los Gobiernos son los guardianes de los intereses de las clases ricas y educadas, y los verdugos de los santos derechos del proletariado.»

Estos políticos mexicanos lo único que están haciendo es faltar a su memoria. Y lo peor es la pendejada de aquellos integrantes de la ‘nueva izquierda indefinida’ que critican su etapa ácrata, tachándola de sectaria e intransigente y, a su vez, ensalzan la parte inicial liberal de su activismo político sin tener en cuenta su evolución.


sábado, 5 de noviembre de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 68: Cómics y anarquismo

EDITORIAL: Ni amnistías ni venganzas

Un antiguo alto cargo de la KGB dijo al final de la Guerra Fría que, mientras la prensa británica estaba (y está) censuradísima, los medios de comunicación de EEUU lo publicaban todo. La diferencia radicaba en que, por aquel entonces, en Europa existía una izquierda que fomentaba el pensamiento crítico, por lo que había que tener cuidado con la información que se difundía, mientras que en EEUU, donde el Capital de EEUU nunca permitió que se desarrollase una izquierda, no tenia esos problemas.

Lo cierto es que, mientras en la prensa de Europa prima la ley del silencio respecto a las salvajadas cometidas para “combatir el coronavirus”, la prensa de EEUU ha puesto en marcha un debate, iniciado por The Atlantic, importante publicación en la órbita del Partido Demócrata, partido que ha defendido a ultranza las mayores salvajadas con la excusa del “bien común”. En al artículo titulado “Declaremos una amnistía por la pandemia. Centrémonos en el futuro y solucionemos los problemas que aún debemos resolver” (Let’s declare a pandemic anmesty), publicado el pasado 31 de octubre, se propone olvidar los abusos de la pasada dictadura sanitaria, la mayor parte de ellos acientíficos e ilegales, que han provocado enormes -e innecesarios- sufrimientos. En otras palabras, el neoliberalismo progre de EEUU, que se ha dedicado durante las últimas décadas a repetir sin descanso que no se puede olvidar el pasado y que los crimenes cometidos no se deben olvidar, ahora que ver que se aproxima la hora en la que tendrá que dar explicaciones por su comportamiento dictatorial, sectario e inquisitorial, pide que lo olvidemos todo, porque ‘ambas partes cometieron errores’. En otras palabras, los verdugos de ayer, los que nos calumniaban acusándonos de ser “asesinos” y pedían que se nos eliminasen nuestros derechos legales, se nos encarcelase o, incluso, nos deseaban la muerte, pretenden equiparar sus salvajadas a la resistencia de sus víctimas.

En EEUU, un amplio sector de las víctimas ha exigido venganza por lo que han sufrido, como si se pudiera dar marcha atrás a millones de traumas infantiles, destrozos causados al sistema inmunitario de millones de personas, ruptura de relaciones con los que cuestionábamos las “vacunas”, o suicidios provocados por la soledad forzosa. Si esa pseudo izquierda inquisitorial y reaccionaria que tenemos intentase pedir una amnistía por su conducta criminal, en lugar de inútiles venganzas habría que exigir dos cosas: que nos devuelvan el sistema de sanidad pública que han destrozado, y que se asegure la neutralidad de las asociaciones de médicos, que han apoyado verdaderas salvajadas en favor de la Farmafia, prohibiéndolas recibir financiación de las compañías farmacéuticas.


viernes, 28 de octubre de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 67: Farmafia

EDITORIAL: Luz de gas por doquier


Según Wikipedia, la "Luz de gas" es "un tipo de abuso psicológico en la que se hace a alguien cuestionar su propia realidad.​ Consiste en negar la realidad, dar por sucedido algo que nunca ocurrió o presentar información falsa con el fin de hacer dudar a la víctima de su memoria, de su percepción". El término tiene su origen en la obra de teatro Gas Light (1938), en la que un marido intenta convencer a su esposa de que está loca bajando las luces encendidas por gas en su casa, y luego negando que la luz cambia cuando su esposa lo señala.


El término es hoy más actual que nunca, como hemos visto tras la comparecencia ante el parlamento europeo de Janine Small, responsable de Pfizer de medicamentos para los países más avanzados económicamente, que son también los que han impuesto una dictadura del terror hipocondríaca. Ante la pregunta de si Pfizer había realizado alguna prueba para determinar si la vacuna prevenía la transmisión del Covid, Small dijo rotundamente “No”, para decir a continuación, riéndose, que a pesar de ello pusieron a la venta su medicamento porque tenían que “avanzar a la velocidad de la ciencia”.


De esta forma quedaba eliminado de un plumazo el pilar ideológico de los pasaportes Covid, que sirvieron para imponer un apartheid contra quienes nos negamos a inyectarnos las “vacunas”. Pues bien, no han tardado nada los guardianes de la verdad del Poder para salir inmediatamente a gritar que “nunca se dijo” que las vacunas impidieran la infección. Basta echar un vistazo a las redes sociales y buscar para encontrar infinidad de ejemplos de “expertos” asegurando que las supuestas vacunas “rompen la cadena de transmisión” o “evitan el contagio”, que por cierto pueden encontrarse en la cuenta de twitter de Pfizer, o en declaraciones del jefe de BioNTech, la empresa alemana que creó el medicamento inyectable de Pfizer.





Más importante que esta falsificación de la realidad ha sido el cambio de la definición de la palabra “vacuna” para poder aplicárselo a medicamentos inyectables que hay que inyectarse contínuamente (el gobierno inglés lo comparaba con recargar el móvil). En realidad, las supuestas “vacunas” son, según Stefan Oelrich, presidente de la división de productos farmacéuticos de Bayer, “un ejemplo de terapia genética y celular... (que) hace 2 años tenía una tasa de rechazo del 95%”.


Teniendo en cuenta que es la primera vez que se aprueba el uso (de emergencia) de terapias genéticas de ARNm; que Moderna, empresa creada para producir medicamentos ARNm y responsable de una de las dos “vacunas” más usadas, nunca antes había sacado al mercado un medicamento; o que Pfizer, la responsable de la “vacuna“ más vendida es una empresa que colecciona multas de cientos y miles de millones por sus prácticas mafiosas; por todo ello, sería lógico haber hecho lo que todo experimento sanitario requiere: consentimiento informado, receta, indemnizaciones por efectos secundarios,  seguimiento personalizado... Nada de esto se ha llevado a cabo.


Ahora -y no en el primer año de la pandemia, cuando los virus son más dañinos. Ahora, se dispara el número de personas que mueren repentinamente, la mortalidad infantil, hay una epidemia de cáncer nunca vista entre la juventud, así como un número impresionante de muertes por problemas cardiovasculares... Todos estos están reconocidos como posibles efectos secundarios de la vacuna (hay más de 200). Pero el tema es tabú, y mientras la gente cada vez se vacuna menos, desde el poder se asegura que “es el calor/cambio climático”, “los videojuegos", “dormir mucho”. El experimento genético, por supuesto, no es responsable de nada: ni siquiera existe.


martes, 11 de octubre de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 66: Mad Max. Egoismo y anarquismo

EDITORIAL: La necesidad del egoismo


Ahora que el capitalismo del pánico está desmontando el chiringuito del Coronavirus/COVID de manera acelerada, y sustituyéndolo por otro basado en la carestía y el miedo al holocausto nuclear, no está de más recapacitar sobre aquello de lo que hemos sido testigos durante más de 2 años. Usando como chantaje moral el supuesto bien común sobre nuestro derecho a decidir sobre nuestro cuerpo, se ha impuesto un apartheid a quienes no se vacunaban (el pasaporte Covid), a pesar de que las personas vacunadas también infectaban a otras, porque las “vacunas” no inmunizaban; se ha obligado a los niños a someterse a unas medidas demenciales para “no matar a los abuelos”, impidiendo el desarrollo normal de sus capacidades y debilitando su sistema inmunitario de manera grave; y además se les ha vacunado, a pesar de no ser grupo de riesgo, y a pesar de que el riesgo de sufrir efectos secundarios era mayor al de sufrir problemas por el virus mismo.


A la juventud, que tampoco era grupo de riesgo, se la ha sometido a una demencial campaña de mobbing mediático para romper su resistencia a vacunarse. Y a los ancianos, que si son un grupo de riesgo, se les ha convertido la vida en un infierno, mediante la combinación de una soledad forzada “por su bien”, que ha provocado el deterioro acelerado de sus capacidades cognitivas y ha llevado a que algunos hayan pedido morir mediante la eutanasia por no poder soportar una vida vacia y centrada en un terror constante.


Y ahora, tras más de dos años sometidos a este régimen de terror “por el bien común”, empieza a reconocerse lo que “no se podía saber”: que las empresas farmacéuticas no son de fiar, y menos aún Pfizer, la empresa que ha recibido la mayor multa de la historia por mentir, sobornar y verder medicamentos que no solo no valían para nada, sino que eran dañinos para los pacientes. Y que las supuestas vacunas no eran tales, ya que -como denunció The Lancet a finales de 2021- los test que habían realizado demostraban que ni impiden infectarse, ni infectar a otras personas, ni morir por el virus: de hecho, al final casi todo el mundo se ha acabado infectando, lo que demuestra una vez más que hay que tener cuidado con la soberbia de los “científicos”, que se creen capaces de domar a la naturaleza. Y, por si fuera poco todo esto, cada vez se conocen más efectos secundarios graves, que ya han provocado la muerte de miles de personas en occidente; y, debido a que las terapias genéticas con ARNm nunca se habían probado en seres humanos, está por ver que sorpresas nos deparan los próximos años. 


Pero lo peor de todo ha sido la condena colectiva del pensamiento crítico: cualquier persona que cuestionase medidas que eran irracionales, como las que eran mero “teatro pandémico”, han sufrido el rechazo general, y muy especialmente de la izquierda, movimiento anarquista incluido, convertidos de la noche a la mañana en defensores de un aquelarre de autoritarismo, obediencia al poder y defensa de dogmas indiscutibles surgidos de de las bocas de supuestos “expertos”, que nos decían era ciencia.


Por ello, y por los tiempos que se avecinan, es más necesario que nunca el egoismo, entendido como defensa de los intereses del individuo frente a las imposiciones de una sociedad crecientemente autoritaria, sumisa e irracional.


martes, 4 de octubre de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 65: Pornografía y revolución

 EDITORIAL: El poder contra la pornografía


En una nueva vuelta de tuerca puritana, el Boletín Oficial de las Cortes Generales publicó el pasado viernes 27 de mayo una “Proposición de Ley Orgánica por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, para prohibir el proxenetismo en todas sus formas”. Esta propuesta del PSOE pretende introducir un Artículo 187 en el Código Penal, cuyo punto 1 dice “El hecho de convenir la práctica de actos de naturaleza sexual a cambio de dinero u otro tipo de prestación de contenido económico, será castigado con multa de doce a veinticuatro meses”. Debido a su ambigua redacción, esta proposición podría utilizarse para ilegalizar todo tipo de producción de imágenes pornográficas en la que medie dinero.


El alcance de esta iniciativa va mucho más allá de las imágenes. Como señala la actriz porno Silvia Rubí, “lo único que haría esta ley es coartarnos la libertad de creación. Llegaría incluso a afectar a las editoriales. Si quiero escribir mis memorias, hablaría de pornografía, con contenido sexual y explícito. ¿Esto también lo van a prohibir?”. Ante las discusiones provocadas por su iniciativa prohibicionista, el PSOE ha asegurado que su objetivo es combatir la trata y no la industria del porno; pero la excusa de “combatir la trata” se ha utilizado recientemente para prohibir la prostitución en su conjunto, aunque el 85% de las prostitutas no tienen nada que ver con la trata, por lo que se puede esperar lo peor (ver revista Amor y Rabia Nº 71, Contra el estigma de la prostitución).


Esta persecución de la prostitución y la pornografía son nuevas señales de un creciente autoritarismo en occidente, que crece de manera paralela a la expansión imparable del puritanismo entre la izquierda. En todo esto se pone de manifiesto que la hegemonía de EEUU no es tan sólo financiera o militar, sino también cultural e ideológica. Desde la implosión de la vía autoritaria al comunismo y el fracaso del anarquismo en crear un discurso y análisis propio, la izquierda occidental se ha convertido de facto en una colonia cultural del Partido Demócrata de EEUU. Sus líneas básicas son fáciles de reconocer: eliminar la lucha de clases como base de cualquier análisis social, balcanizar la sociedad fragmentándola en grupos definidos por supuestas identidades interclasistas enfrentadas, utilizar constantemente el pánico (a una crisis económica, ecológica, nuclear, sanitaria, etc.) para imponer medidas que -sorpresa, sorpresa- siempre favorecen al Capital, combatir el espíritu critico con la excusa de la supuesta “falta de tiempo” para hacer frente a las “crisis” y, sobre todo, fomentar la censura y el mobbing contra toda disidencia. El final de la “sociedad del bienestar”, el Mundo feliz de Huxley, avanza hacia el 1984 de George Orwell con apoyo de toda la izquierda.


domingo, 18 de septiembre de 2022

Boletín Amor y Rabia Nr. 5, "Sembrando el pánico. La doctrina del shock del capitalismo verde" (27.09.2019)

EDITORIAL: Declaración de guerra

¿Qué es la izquierda? Esta pregunta es hoy más difícil de responder que nunca. Tradicionalmente, la izquierda se definía por centrar su análisis en la lucha de clases, y buscar una distribución justa de la riqueza; para lograrlo existían dos estrategias diferentes: unos defendían el uso del sistema político burgués para introducir reformas, por que fueron llamados reformistas; y otros, los revolucionarios, consideraban que la vía reformista implica ser asimilado por el sistema, y defendían la vía de la ruptura violenta del orden burgués. En ambos casos, el objetivo estaba claro: luchar contra el capitalismo por lograr unos derechos que permitan asegurar una vida digna.

En las últimas décadas, el fracaso de la vía bolchevique a la sociedad comunista y las repercusiones políticas del neoliberalismo han provocado profundos cambios en la izquierda. El fin de las antaño poderosas organizaciones de clase (sindicatos y partidos) dio lugar a la ocupación de su espacio por movimientos no anticapitalistas per se, y cuyo análisis de la realidad (las políticas de identidad) se basa en deseos y no en derechos ni un análisis de clase. Esta "izquierda", en realidad derecha camuflada, de corte neoliberal, destructiva y disolvente será a partir de ahora objetivo de nuestra crítica.


CONTENIDO

La coartada climática. Cómo la idea del calentamiento global antropogénico sirve al capitalismo financiero global para imponer su dominio, por Erostrato

Anarquismo extraño (1) Venezuela: Estado 'socialista', golpismo y anarquismo, por Rabioso

Anexo 1 - El Libertario de Venezuela: “Anarquismo de derecha al servicio de la burguesía y el intervencionismo, por Tierra Revuelta

Anexo 2 - El verdadero papel de las ONGs, por Misión Verdad

Anexo 3 - La NED ha repartido más de 15 millones de dólares entre ONGs venezolanas, por Con el mazo dando

Anexo 4 - ¿Qué es Provea y quién los financia?, por Misión Verdad

Anexo 5 - El Libertario: Cuidado con los falsos "anarquistas" venezolanos, por George Ciccariello-Maher

Anexo 6 - Carta abierta sobre la situación en Venezuela a los camaradas de la FEL y El Libertario, por Nosotros los pobres

Anexo 7 - Comunicado del Colectivo Amor y Rabia ante la situación actual en Venezuela

Hong Kong: La decadencia al servicio del imperialismo, por Rabioso

Izquierda y pseudoizquierda, por Rabioso

Soy mujer, por mis cojones, por Ilya Topper

El fin de las mujeres, por Ilya Topper

El fin del liberalismo identitario, por Mark Lilla

INFOGRAFICOS

▪ La sustitución del petróleo de México por el venezolano (1913-1941)

▪ El movimiento anarquista en Venezuela (2012-14)

▪ El reparto de 15 millones entre ONGs de Venezuela por la NED

▪ Filántropos de la intervención extranjera que financian Provea

▪ Organigrama de Provea

▪ Las apariencias engañan. “Rebeldes" anticomunistas financiados por oligarcas locales y EEUU

▪ Izquierda y derecha: ayer

▪ Izquierda y derecha: hoy


viernes, 16 de septiembre de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 64: Exterminio y desarrollo

EDITORIAL: El origen nazi del bienestar


Ya se explicó el pasado enero (Desde el Confinamiento N° 53, editorial “La iquierda derechizada”) que el llamado “Estado del bienestar” no se puso en marcha en Occidente tras la Segunda Guerra Mundial para hacer frente a la competencia de la URSS y la guerra ideológica con el comunismo en la Guerra Fría. En realidad, el Estado del Bienestar se puso en marcha en occidente por motivos de política económica; el Estado británico, por ejemplo, puso en marcha un amplio Estado del bienestar como medida de ahorro, ya que las finanzas públicas estaban en quiebra técnica debido a las deudas generadas por los gastos militares en la guerra y la pérdida posterior de la India, la “joya de la corona”.


La idea de que el Estado del bienestar fue una concesión del Capital occidental como “medida de contención“ del comunismo choca con la realidad: En los años 70, cuando EEUU empezó a adoptar el modelo neoliberal y eliminar su Estado del bienestar, la URSS y sus satélites estaban en ascenso: se habían dotado de un modelo propio de sociedad basada en el bienestar y el consumo, y el comunismo disfrutaba de buena imagen en el mundo debido a la revolución cubana, la victoria de Vietnam frente a EEUU y la tecnología de vanguardia soviética visible en la carrera espacial, motivo por el que muchos Estados surgidos tras el fin de los Imperios coloniales occidentales eligieron el modelo soviético de desarrollo.


En realidad, el Capital occidental jamás ha hecho concesiones voluntariamente, y tras los acuerdos de Yalta estaban claras las zonas de influencia de cada una de las potencias vencedoras del conflicto, como demostró Stalin al permitir al imperialismo británico aplastar al movimiento guerrillero comunista que controlaba de facto Grecia. La caza de brujas de la postguerra, en la que el Capital occidental recuperó el control férreo de la sociedad y purgó a los simpatizantes del comunismo, y la Guerra Fría Cultural, puesta en marcha por la CIA para cooptar al resto de la izquierda, eliminó cualquier peligro de revolución social. Occidente no solo careció de amenazas en su seno, sino que además disfrutó en la postguerra de una economía en crecimiento debido a la necesaria reconstrucción, y sin desempleo debido a las enormes pérdidas sufridas por la clase trabajadora en el conflicto. ¿Por qué se puso en marcha, entonces, el Estado del Bienestar?


Los planes para la postguerra de las élites nazis y anglosajonas pone de manifiesto su origen. Para superar el colapso del sistema económico global de la potencia hegemónica británica en los años 30, los nazis diseñaron un modelo de “bienestar” (consumo) basado en la transferencia de riqueza de territorios “inferiores” a otros “privilegiados”. Tras 1945 Occidente adoptó el modelo creando Estados del bienestar (sociedad del consumo) financiados con el expolio de las riquezas del “Tercer Mundo”.


lunes, 12 de septiembre de 2022

Prisma N° 6 (2019): Capitalismo y conspiraciones

EDITORIAL (14 de diciembre de 2019)


Lo que estamos viendo en Cataluña, y lo que nos falta de ver, es un punto de inflexión que marcará el futuro de las organizaciones de izquierdas en España: o se ponen al servicio del poder de un neocaciquismo cada vez más escorado hacia la extrema derecha, o se abre una reflexión sobre lo que nos ha llevado hasta la situación actual, en la que la alta burguesía del Liceo y la patronal cantan canciones independentistas en apoyo de los manifestantes, mientras el jefe del Govern responsable de la represión de los manifestantes independentistas apoya abiertamente las protestas.


Esta burla sangrienta es una muestra perfecta de las consecuencias que tiene para la izquierda haber aceptado el nacionalismo, camuflado de “derecho” de autodeterminación, como parte de su ideario. Para lograrlo se equiparó el derecho de las colonias de librarse de las cadenas del imperialismo con el deseo de las élites de las regiones más ricas de no compartir su riqueza con las regiones más pobres, la antítesis de las ideas de igualdad que ha defendido siempre la izquierda. Aceptar semejante mentira ha sido el punto de partida de la hegemonía ideológica de la burguesía catalana, y ha dado lugar a la difusión de un discurso del odio impregnado de racismo hacia el resto de habitantes de España, que va a costar generaciones erradicar. Otra de las consecuencias de aceptar el nacionalismo ha sido que ha permitido gobernar a las oligarquías regionalistas en las zonas más ricas de España, aunque su población sea mayoritariamente de izquierdas.


De esos polvos, estos lodos. Se acerca el momento en que habrá que tomar partido por una de las dos corrientes que luchan por la hegemonía de la izquierda: o la izquierda de la igualdad, heredera de la Primera Internacional, o la de la diferencia, que provoca la balcanización de la izquierda en grupos enfrentados y tan solo favorece el “divide y vencerás” del poder. El tiempo apremia.


martes, 6 de septiembre de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 63: Sin salida

EDITORIAL: Las mentiras del sistema


El poder se basa, fundamentalmente, en ilusiones. Al carecer de vida no puede crear, y sobrevive vampirizando la existencia de sus súbditos, convirtiéndola en un infierno. Pero, para que el proceso funcione, es necesario crear una ilusión que hipnotice a sus víctimas. Las formas que dicha ilusión puede adoptar son infinitas, pero cada una de ellas es finita y todas ellas acaban como Ozymandias en el soneto de Percy Bysshe Shelley:


«dos enormes piernas pétreas, sin su tronco se yerguen en el desierto. A su lado, en la arena, semihundido, yace un rostro hecho pedazos, cuyo ceño y mueca en la boca, y desdén de frío dominio,

cuentan que su escultor comprendió bien esas pasiones las cuales aún sobreviven, grabadas en estos inertes objetos, a las manos que las tallaron y al corazón que las alimentó.

Y en el pedestal se leen estas palabras:

“Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes: ¡Contemplad mis obras, poderosos, y desesperad!”

Nada queda a su lado. Alrededor de la decadencia de estas colosales ruinas, infinitas y desnudas se extienden, a lo lejos, las solitarias y llanas arenas»


Este ha sido el destino de esa ilusión llamada civilización, surgida no sabemos muy bién por qué -los habitantes de las primeras ciudades vivían menos que los nómadas, y éstos usaban cuando les convenía la agricultura, evitando convertirse en sedentarios. Lo cierto es que ninguna de estas estructuras, pasadas, presentes o futuras, es capaz de resistir la prueba del tiempo, y todos los monstruos que han logrado subirse a un pedestal bañándose en sangre están condenados al olvido de Ozymandias.


Pero, hasta que ese momento llega, es necesario que las estructuras del poder -del Estado, por ejemplo- sean capaces de aguantar lo más posible. Por desgracia, basta echar un vistazo detrás de su fachada para darse cuenta de que dichas estructuras son increíblemente frágiles. Para lograr mantener la apariencia de que existen y tienen una función son necesarios infinidad de mecanismos, más complejos que los de un reloj suizo. A pesar de su fragilidad estructural -basta un grano de arena para paralizar su maquinaria- no se desploman gracias a sus víctimas, que se preocupan de mantener en pie el sistema cuando todo falla.


Consciente de ello, el poder no se limita simplemente a combatir a sus posibles enemigos, sino que además cultiva de manera consciente y sistemática la disidencia controlada, lobos con piel de cordero que garantizan que, como en el Gatopardo, “todo cambie para que todo siga igual”. Muchas veces ni siquiera son conscientes de su función, algo ejemplificado por la saga The Matrix, en la que se nos presenta como héroe precisamente a aquel que ha de salvar al sistema, para lo cual se le convence que está salvando Zion, que en realidad es un espejismo convenientemente creado para dar la sensación de libertad, una versión alternativa de la Matrix creada como depósito en el que meter a quienes son refractarios a la Matrix general. En realidad, el peligro para el sistema es el agente Smith, que surge de sus propias entrañas y, fuera de control, amenaza con destruirla.


En la Matrix en la que nos ha tocado vivir, el sistema se ha ido transformado en sistemas de gestión de la muerte con una fachada industrial, post-industrial, y actualmente de gestión de “emergencias”, convenientemente puestas en escena, una tras otra, de manera ordenada. La oposición fue destruida hace mucho, y solo quedan de ella recuerdos borrosos, usados por el sistema para generar nuevas ilusiones.


Este numero incluye 

• No Exit / Sin salida (cómic), por Paul Mavrides y Jay Kinney




sábado, 27 de agosto de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 62: Contra la vida

EDITORIAL: El miedo como instrumento

De un tiempo a esta parte se acumulan los avisos de que “viene el lobo” por parte de los gobiernos de occidente: desde la “killer variante” del Coronavirus, de la que nunca más se supo, pasaron a una supuesta crisis de alimentos que no se ha materializado, y ahora se dedican a sembrar el pánico con un “invierno durísimo” (ministra de Defensa española, Margarita Robles), o incluso no uno, sino diez inviernos duros, según el jefe de gobierno belga. La guinda la ha puesto el presidente francés, que dice que “estamos viviendo el fin de la abundancia”. ¿La abundancia de quién?, hay que preguntarse, ya que el salario medio actual español es menor que el de hace 20 años.

Estamos viviendo el uso consciente del miedo por parte de los gobiernos occidentales, que, a sabiendas de que el modelo de “crecimiento” neoliberal ha llegado a su fin, han decidido llevar a cabo una reestructuración o voladura controlada para matar varios pájaros de un tiro: 

Eliminar las deudas de occidente y la competencia china: para lograrlo hay que acabar con la globalización a costa del empobrecimiento generalizado de la población, eliminando de paso a la mal llamada clase media, el sector mejor pagado de la clase trabajadora. De esto se tratan sus apelaciones al empobrecimiento voluntario de la población, mientras las élites son cada vez más ricas.

Defender la hegemonía tecnológica occidental, para lo cual se cambian las reglas del juego e imponen artificialmente nuevas tecnologías, prohibiendo las establecidas, y para evitar resistencias esto se justifica apelando al ecologismo apocalíptico (todas las grandes campañas impulsadas por los voceros mediáticos del sistema, desde el DDT y la capa de ozono a el Green New Deal, consistían en la prohibición del uso de tecnologías que carecen de patentes).

Eliminar la disidencia de manera preventiva, (des)integrando a la extrema izquierda/izquierda real en el sistema mediante las ideologías del ecologismo apocalíptico y el decrecimiento, que piden al pueblo que se sacrifique para “salvar el planeta”, imitando las apelaciones del cristianismo a vivir una vida de sacrificio para “salvar el alma”. Al asumir ideas irracionales que además se impide cuestionar, la izquierda se ha convertido de facto en la extrema derecha que pretende combatir, como hemos podido observar durante la dictadura sanitaria de los dos últimos años.

En resumen, las élites saben que el sistema necesita un recambio debido al fin del ciclo de acumulación neoliberal, y están preparando al pueblo para que asuma sacrificarse para que todo el tinglado pueda seguir funcionando. ¿Lograrán sus objetivos, o pasará algo imprevisto que haga fracasar sus planes?


viernes, 12 de agosto de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 60: ¿Crisis económica o voladura controlada?

EDITORIAL: Fabricando crisis

Una regla básica de la gestión de emergencias es asegurarse de que no cunda el pánico, ya que, de lo contrario, al trabajo de combatir la causa del problema se añadirá el tranquilizar a la población. Sin embargo, desde que empezó el siglo XXI, el capitalismo occidental decidió utilizar el miedo como su principal herramienta de gestión social, y la siembra del pánico se convirtió en el pan nuestro de cada día. Desde entonces, los medios de comunicación del capital, responsables de adoctrinar al pueblo, se han dedicado a usar emergencias, una detrás de otra, para justificar una gestión que ya no se basa en un supuesto progreso progresado, sino en una gestión permanente de crisis constantes.

Las redes yihadistas que EEUU durante la Guerra Fría con la excusa de hacer frente al comunismo se convirtieron en la excusa perfecta para poner en marcha la Guerra contra el Terrorismo, que sirvió para que se disparasen los beneficios del Complejo Militar-Industrial de EEUU, a costa de millones de civiles muertos. Una década después, EEUU se alió con la Hermandad Musulmana, la madre de todas las redes yihadistas, para intentar hacerse con el control del norte de África, destruir Libia y arrasar Siria por el camino, lo que dio lugar a una crisis de refugiados convenientemente utilizada para justificar una intervención militar contra Siria, que tan sólo la intervención rusa pudo impedir.

La brusca parada en Siria dio paso a una campaña de propaganda brutal a favor del ecologismo apocalíptico, usando a una niña para crear un clima emocional que impidiera el debate y permitiera poner en marcha medidas exigidas por los amos financieros del mundo, BlackRock y Vanguard. Como no acabó de cuajar, pasamos a una gestión irracional e hipocondríaca para impedir la expansión de un Coronavirus, algo que jamas se había logrado, usando restricciones medievales y medicamentos milagrosos diseñados en 1 (Pfizer) o 2 días (Moderna), según reconocieron sus propios fabricantes. Dos años mas tarde, el presidente de EEUU se ha contagiado de Covid, a pesar de ser el hombre más poderoso del mundo y formar parte del principal grupo de riesgo, confirmando que es imposible poner puertas al campo. Acabado el pánico al enemigo invisible (Trump dixit), ha sido sustituido por la guerra en Ucrania, que permite la puesta en marcha de una nueva división del mundo en bloques enfrentados.

Banqueros y ministros de todo occidente aseguran que la guerra económica contra Rusia tendrá consecuencias catastróficas en los próximos meses. Esta siembra de pánico por quienes deberían de hacer lo contrario, y lo escalonado de las sucesivas crisis, pone en evidencia que este circo es una gigantesca maniobra de distracción para crear una crisis ficticia para justificar reestructurar el sistema.

domingo, 7 de agosto de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 59: Ucrania y sus consecuencias

EDITORIAL: El Imperio tiene prisa

La visita de Nancy Pelosi a Taiwan es un claro indicio de que Washington quiere pisar el acelerador en su poítica de dividir al mundo en dos bloques: en uno quiere encerrar a Rusia, principal fuente de materias primas y energía, junto con China, centro de la producción mundial; en el otro, Washington pretende alistar al resto del mundo, y ha logrado el apoyo sin fisuras de la UE, motivado por la incapacidad de París o Berlín de detener el ascenso del coloso chino, que amenaza con convertirse en la superpotencia hegemónica a mediados de siglo. Aunque se repite el argumento del supuesto suicidio de Europa, lo cierto es que las élites europeas tienen muy claro que son incapaces por sí solas de hacer frente a China. Buena muestra de su disposición a apoyar a EEUU ha sido que la balanza comercial alemana es ahora mismo negativa por primera vez en décadas, pero la industria alemana no protesta exigiendo un cambio de rumbo, o que Berlín está saboteando su suministro energético jugando al gato y el ratón con las turbinas del gasoducto Nord Stream I de Gazprom.

El problema a que se enfrenta EEUU es el fin del superciclo económico neoliberal, iniciado a comienzo de los años 70, basado en la deslocalización del capital y la producción (la globalización, en suma). Dicho superciclo, a su vez, había sustituido al superciclo iniciado a mediados de los años 40 (a finales de la Segunda Guerra Mundial), basado en la producción industrial y el Estado del bienestar. Tanto en los años 40, como en los 70 y en la actualidad, cuando la estructura económica deja de ser capaz de generar beneficio, tiene lugar una crisis sistémica y la búsqueda de modelos alternativos. Y es ahí donde nos encontramos desde mediados de 2019, cuando empezó a cuestionarse el valor de los Bonos del tesoro de EEUU, principal pilar de la hegemonía de la hiperpotencia estadounidense. Desde entonces, el Imperio ha puesto en marcha el uso de medidas de emergencia como tapadera para ir cambiando el motor económico sobre la marcha, mientras se usan diferentes espantajos para distraer la atención de la clase trabajadora que, como siempre, tendrá que pagar por todo. ¿Hasta cuando?. 

domingo, 31 de julio de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 58: El poder

EDITORIAL: El inicio de la locura

En septiembre de 2019 se derrumbó el sistema financiero internacional, corazón del Imperio estadounidense. Los avisos de lo que se avecinaba eran visibles desde finales de 2018: la curva de tipos se había invertido, la everything bubble o “burbuja generalizada” (la conversión de todas las categorías de inversión en burbujas especulativas financieras) estaba explotando y la deuda occidental había alcanzado un punto de no retorno. Finalmente, el sistema financiero saltó por los aires el 16 de septiembre de 2019, cuando los mercados Repo, que garantizan la financiación del sistema a corto plazo, dejaron de aceptar como garantía los bonos del tesoro de EEUU, desencadenando el pánico.

Para hacer frente a la crisis, los planificadores imperiales estadounidenses pusieron en marcha tres lineas de actuación:

1) quitar de en medio al impredecible Trump y sustituirle por una persona afectada de demencia senil;

2) en diciembre, la Reserva Federal (Fed), banco central de EEUU, sustituyó los mercados Repo, algo sólo posible durante un tiempo limitado debido a su inmenso coste; y (también en diciembre)

3) los gobiernos de la Alianza de los 5 ojos puso en marcha una operación de desinformación para sembrar el miedo en las autoridades chinas sobre una posible pandemia de Coronavirus en Wuhan (1).

Las medidas hipocondríacas que impuso en enero Wuhan fueron rechazadas por la UE, hasta que a mediados de marzo, de manera paralela a la declaración de pandemia por la OMS, estalló una crisis de liquidez en dólares, que acabó tras acordar el BCE un programa de suministro de dólares con la Reserva Federal de EEUU (2). Fue entonces cuando medios de comunicación y gobiernos europeos dieron un giro de 180 grados, asumiendo una línea hipocondríaca y dedicándose a sembrar el pánico, mientras en paralelo se ponía en marcha la mayor transferencia de riqueza de la historia, un gigantesco programa de ayudas al Capital camuflado como “medidas contra la pandemia”.

El enorme aumento de la masa monetaria que eso provocó habría dado lugar a una ola de inflación, pero se retrasó mediante medidas para paralizar la economía (confinamientos, restricción de movimientos, etc). En 2021 se dio via libre a la escalada inflacionaria iniciandose un empobrecimiento general, poniéndose en marcha provocaciones en Ucrania para empujar a Rusia a la guerra y culparla de la crisis económica.

NOTAS

(1) The Australian (01.10.2021): Five Eyes call laid Wuhan intelligence trap for Beijing.

(2) Gianluca Persi (ECB Economic Bulletin, Issue 5/2020): US dollar funding tensions and central bank swap lines during the COVID-19 crisis

sábado, 16 de julio de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 57: Historias de la OTAN

EDITORIAL: El colapso al servicio de la OTAN

En 2019 un acuerdo sobre el suministro ruso de gas a Ucrania selló el destino del régimen ucraniano, cada vez más escorado hacia el Banderismo, versión local del fascismo. Tras décadas en las que EEUU usó todos los medios posibles para acabar con los suministros energéticos rusos,  la victoria de Moscú había sido total: la construcción de los gasoductos Nord Stream y Turk (South) Stream acabó con la dependencia rusa de Ucrania como país de tránsito. Esto implicaba el derrumbe del régimen ucraniano, ya que implicaba la pérdida de su principal fuente de ingresos: la cuenta atrás había empezado.

Pero si algo distingue al modelo neoliberal de versiones previas del capitalismo es su retorcida imaginación y su uso sin piedad de la destrucción creativa. 2019 fue también, no lo olvidemos, el año en el que dejó de funcionar el corazón financiero del capitalismo occidental, que sólo era un zombi desde la crisis de 2008, mantenido en pie mediante la expansión cuantitativa, es decir, ampliar la masa monetaria para tapar las crecientes deudas. La inversión de la curva de los bonos, un crash bursátil y, finalmente, la crisis Repo habían llevado al sistema al borde del precipicio.

A RIO REVUELTO, GANANCIA DE PESCADORES

Y fue entonces cuando, por arte de magia, empezó la pandemia, que sirvió de justificación para una última ronda de dinero gratis. Sin embargo, esa vez sería diferente. Las “medidas contra el Coronavirus” sirvieron para llevar a cabo la mayor transferencia de riqueza de la historia en beneficio de los más ricos, mientras se mantenía la economía congelada con la excusa de “combatir el virus”, lo que además impedía llevar a cabo protesta alguna. A partir de 2021 la enorme masa monetaria creada empezó a infectar la economía, provocando un crecimiento lento, pero imparable, de la inflación. En paralelo, se inició una campaña de provocaciones sin precedente contra Rusia, que intentó en vano obtener de occidente garantías de que mantendría a Ucrania a raya. En lugar de ello, Zelenski, que acababa de prohibir el uso del idioma ruso, anunció en Munich que se planteaba dotarse de armas nucleares.

La invasión rusa de Ucrania ha sido el sacrificio de un peón de EEUU que había perdido su valor estratégico, para conseguir a cambio una excusa para poner en marcha el desmantelamiento de las estructuras de la globalización neoliberal. No se trata de nihilismo, sino de frío cálculo: las economías occidentales son las más endeudadas del mundo, y una inflación “descontrolada” reducirá rápidamente esa deuda, mientras provoca una enorme crisis económica en China, su principal competidor. Además, da una excusa para el empobrecimiento de la población occidental (“ha sido Putin“), y permitirá crear un orden nuevo en las ruinas del viejo, despues de que la crisis acabe con sus actuales competidores. ¿Jugada maestra?


viernes, 25 de marzo de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 56: Guerra económica contra Rusia

EDITORIAL: Y colorín, colorado...


Tras destrozar nuestras vidas durante dos años y cobrarse innumerables víctimas entre los sectores más podres e indefensos de la población, de un día para otro la dictadura sanitaria ha dejado de existir. Prueba de ello es que el Ministerio de Sanidad ya no dice los datos diarios sobre infecciones, eliminando el parte del miedo usado para a mantener el pánico, o que por arte de magia ya no importe el aumento de las infecciones y se apresure el gobierno a eliminar unas “medidas contra la pandemia” que no han logrado evitar ni una sola “ola”, ni proteger a los grupos de riesgo. Como denunciaba el profesor Ehud Qimron, jefe del Departamento de Microbiología e Inmunología de la Universidad de Tel Aviv y uno de los principales inmunólogos israelíes en su artículo Es hora de admitir el fracaso:


Dos años después, finalmente os dais cuenta de que un virus respiratorio no se puede derrotar y que cualquier intento de este tipo está condenado al fracaso... Os negasteis a admitir que la infección llega en olas que se desvanecen por sí solas, a pesar de años de observaciones y conocimientos científicos... Os negáis a admitir que los test a gran escala son ineficaces... Os negáis a admitir que la recuperación de la enfermedad tras haberla pasado protege más que una vacuna... Habéis destruido la educación de nuestros hijos y su futuro. Hicisteis que los niños se sintieran culpables, estuvieran asustados, fumaran, bebieran, se volvieran adictos, abandonaran la escuela y se pelearan, como atestiguan los directores de escuelas de todo el país. Habéis dañado los medios de subsistencia, la economía, los derechos humanos, la salud mental y la salud física de la población... Calumniasteis a compañeros que no se rendían ante vosotros, pusisteis al pueblo en su contra, habéis dividido a la sociedad y habéis polarizado los debates. Habéis calificado a las personas que optaron por no vacunarse de enemigos del público y propagadores de enfermedades sin ninguna base científica...


Quienes en AyR nos negamos a ceder, sin duda ayudados por haber formado parte del movimiento de insumisión, hemos podido entender, por fin, lo que los libros de historia eran incapaces de transmitir: como  el uso dosificado de mecanismos de propaganda que no tienen nada que envidiar a Goebbels puede volver loca una sociedad mediante y convertir a la gente en lobos a la caza de víctimas señaladas con el dedo. No tiene ningún secreto ya el cómo pudo existir la Inquisición o imponerse el nazismo en Alemania. Nuestra imagen de la sociedad, el ser humano, la izquierda en su conjunto y el movimiento anarquista en particular, ha cambiado de manera radical. Los insultos, el acoso o la pérdida de amistades por negarnos a aceptar el aquelarre pseudocientífico ha sido atroz, pero también es cierto que hemos salido más fuertes.El circo sigue, y para proteger los intereses del tambaleante capital financiero han sustituido el virus apocalíptico a la guerra. Creed lo que querais, nosotros seguiremos denunciando los cantos de sirena del poder. Por la anarquía.


lunes, 21 de febrero de 2022

DIGITALIZACIÓN: Revista Amor y Rabia, N°. 1: "Minas, los asesinos ocultos"


EDITORIAL

Pensamos, como anarquistas, que la mejor arma contra aquello que nos oprime diariamente es el conocimiento. Todo hombre inculto está destinado a ser víctima de la demagogia y la manipulación de los profesionales de la mentira.

El estado, a través de sus “medios de información”, se propone formarnos en el sistema de valores morales, sociales y políticos que nos hagan aceptar como normal y razonable el sistema político y económico vigente; defiende que los problemas planteados por el mismo son males menores e inevitables y que la solución a los mismos está en manos de la élite empresarial, política o sindical y nunca en el pueblo, cuya intervención es siempre molesta, torpe e impertinente.

A través de la familia, que reproduce la cultura de la jerarquización y la sumisión al jefe, coacciona el libre desarrollo de las personas que, abordadas por un sentimiento de dependencia, necesitan de un jefe que les gobierne, creando, en definitiva, seres incapaces de administrar sus vidas.

El estado, a través de las escuelas, institutos, facultades, etc., fomenta el desinterés. La ignorancia, la repulsa y la renuncia a saber, convirtiéndonos así en máquinas y evitando que tengamos un pensamiento propio y crítico.

En estas pocas páginas vamos a introducir tanto arte y filosofía como una serie de artículos que esperamos sean de interés, abran un debate entre los lectores, y sean capaces de fomentar una conciencia de clase y combativa; en definitiva nos proponemos despertar aquellas inquietudes que el poder se ha propuesto castrar, abrir los ojos que tanto tiempo han permanecido cerrados, hacer ver al pueblo que su misión no es la de confiar su destino a un puñado de políticos sino la de gobernarse por si mismo.

sábado, 19 de febrero de 2022

DIGITALIZACIÓN: Revista Amor y Rabia, N°. 45, "El Maquis"

El número 45 de la revista Amor y Rabia es la digitalización de un interesante texto sobre la historia de la guerrilla antifranquista, que estaba descabalgado pese a ofrecer una imagen panorámica de las guerrillas en su contexto: desde la Guerra Civil al periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, pasando por la participación de los españoles en el Maquis francés. Hoy día, hay una cantidad enorme de datos publicados sobre la lucha contra el Franquismo en el contexto de la lucha por la llamada "Memoria histórica", este texto está sin duda atrasado, pero sigue siendo válido como visión de conjunto de un tema tan complejo.

La calidad no fue precisamente el punto fuerte de este número -es posiblemente el peor de todos los publicados-, por lo que ha sido difícilmente digitalizarlo, siendo imposible encontrar algunas de las imágenes empleadas. En este caso, y como excepción, la digitalización permite la lectura del texto mejor que en el original. 


martes, 8 de febrero de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 55: El derrumbe de la narrativa Covid

EDITORIAL: Sostenella y no enmendalla


De todas las cosas que hemos visto durante esta orgía de autoritarismo de las “medidas contra el Coronavirus”, lo peor sin duda ha sido ver la ausencia de capacidad crítica de la casi totalidad de la izquierda, “radical” o no. Decía Agustín García Calvo que “Quien piense que algo como el Dinero o el Estado son cosas que tienen su ser en sí mismos y que no necesitan que se crea en ellos como en otros tiempos se creía en Dios, se engañan, es exactamente lo mismo, sin Fe: Ni Capital, ni Estado, ni nada se sostiene”. Pues bien, a la vista de la fe ciega de la izquierda en “la ciencia” (más bien una imagen distorsionada que la convierte en una nueva religión) y la propaganda de los medios de comunicación de masas, es evidente que el poder carece de enemigos reales. Basta jugar con los miedos que se esconden en el subconsciente para convertir a anarquistas en defensores de una dictadura en la que careces de control sobre tu propio cuerpo.


Quien pensara que lo habíamos visto todo se equivoca: ahora que desde el poder se reconoce que toda esta salvajada se sostenía en mentiras estadísticas, los “expertos” demuestran que no saben de lo que hablan e incluso un sector de la comunidad científica -los inmunólogos- se rebelan contra las mentiras disfrazadas de ciencia, la falta de autocrítica cuando no el silencio de la izquierda frente a su sumisión al autoritarismo irracional del Estado se mantiene. Un ejemplo lamentable es la “Declaración de organizaciones anarquistas internacionales sobre la pandemia de COVID19“, en la que admiten no haber luchado contra el confinamiento, no critican el Pasaporte Covid y el apartheid sanitario, y callan ante sus nefastas consecuencias, como la conversión del suicidio en la primera causa de muerte en España, insinuando incluso  que la estrategia inhumana del “Cero Covid”  habría sido la adecuada. Y justifican no haber hecho nada contra esta locura autoritaria diciendo que “el anarquismo organizado cree en la autoorganización” (¿?) y aseguran haber “participado en una variedad de luchas”.


Al parecer vivimos en universos paralelos: en el nuestro, la vida ha sido un infierno los últimos años, la ciencia se ha convertido en una religión que no se podía cuestionar, y el acoso hacia quienes mantenían posiciones críticas ha sido habitual. Ante la conversión del movimiento anarquista en una secta de defensores de las mentiras de los medios de comunicación y del poder, nosotros nos negamos a esta perversión del espíritu crítico del anarquismo. Ante la ausencia casi total de textos anarquistas críticos con esta dictadura hipocondríaca, y siguiendo el camino que iniciamos con la publicación en el número 67 de la revista Amor y Rabia del texto “El hombre que fue jueves (pesadilla)” de G. K. Chesterton,  recopilamos en este número una serie de análisis que, sin ser anarquistas, destapan las mentiras del poder de los últimos dos años. Porque, como decía Machado, la verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.


domingo, 6 de febrero de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 54: La lucha por Ucrania

EDITORIAL: La vuelta del Petroeuro


El anunciado comunicado conjunto ruso-chino, hecho público aprovechando los Juegos Olímpicos en China, no contiene muchas sorpresas, más allá de mostrar que las relaciones entre Moscú y Pekín son más estrechas que nunca. Aunque ambas potencias anuncian que se apoyarán mutuamente frente a EEUU en sus respectivos conflictos de Ucrania y Taiwan, no hay ninguna novedad práctica. Es poco más que una declaración de intenciones, sin consecuencias prácticas o cambios en el Status Quo, con una excepción: el acuerdo de estrechar los lazos energéticos.


Rusia ha anunciado la construcción de Power of Siberia 2, gasoducto que permitirá diversificar sus exportaciones energéticas, acabar con su dependencia de la UE y hará posible unificar la red de gasoductos de Rusia en el Este y el Oeste. De esta forma, en caso de que Occidente aumente sus sanciones en el futuro, Rusia podrá transferir fácilmente hacia Asia sus exportaciones energéticas. En resumen, el gobierno de Putin ha dado un paso más para asegurar la independencia estratégica rusa en el futuro.


Un detalle del acuerdo energético entre Rusia y China es particularmente importante: Moscú ha acordado con Pekín que el pago se efectúe en Euros, y no en Dólares, siguiendo la política de desdolarización iniciada por Rusia hace años. Al usar el Euro y no las respectivas monedas (Rublo/Yuan), Putin reacciona a las amenazas de EEUU de expulsar a Rusia del sistema SWIFT de transferencias financieras debilitando el sistema del Petrodólar, principal pilar del sistema financiero global de EEUU, y dejando claro que favorece una alianza con las potencias europeas.


No está de más recordar que, como explicó William R. Clark en su libro Petrodollar Warfare: Oil, Iraq and the Future of the Dollar, fue precisamente la decisión de Sadam Hussein de dejar de usar el Petrodólar y empezar a usar el Petroeuro el motivo de la destrucción del estado iraquí por EEUU. Está por verse cómo reaccionará Washington  al desafío ruso.


viernes, 28 de enero de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 53: En defensa de la pornografía

EDITORIAL: La izquierda derechizada


Un mito persistente afirma que la existencia del “Estado del bienestar” se debe a la competencia con el comunismo durante la Guerra Fría: acabada esta, el Capital abandonó todo intento de humanizar su imagen. Como todos los mitos, este es también mentira: el “Estado del bienestar” es puesto en marcha por el gobierno inglés para hacer frente a su pérdida de estátus de potencia hegemónica, y ahorar costes. En EEUU, será el consumismo y no el “Estado del bienestar” lo que surgiró de competir con la URSS, al dar lugar a la construcción del sistema de autopistas, para facilitar la movilidad en caso de guerra atómica.


Tan falso como el mito del origen del “Estado del bienestar”, es el mito que dice que su final se debe a la ausencia de una competencia con el coomunismo. Dejando de lado que China es un ejemplo de modelo de desarrollo centrado en el bienestar colectivo, más válido -por exitoso- que la URSS, lo cierto es que el “Estado del bienestar” empezó a derrumbarse en los 70, mucho antes del fin de la URSS, con la puesta en marcha del neoliberalismo. De hecho, fue el abandono del “Estado del bienestar” por el Capital occidental lo que aceleró la caida de la URSS, al ser incapaz de competir con el turbocapitalismo financiero y la digitalización impulsada por el Complejo Militar-Industrial de EEUU.


Lo que debe su existencia a la lucha contra el comunismo es el progresismo anticomunista, que sirvió de punta de lanza de lanza del Capital para penetrar en la izquierda y acabar con la hegemonía comunista en la llamada “Guerra Fría cultural”. El uso de todo tipo de ideologías, muchas de ellas contradictorias entre si, sirvió para acabar con la hegemonía marxista en el mundo cultural e intelectual, acorralando a los antaño todopoderosos partidos comunistas. Tras la caida de la URSS, el progresismo anticomunista se hizo hegemónico y transformó en la llamada “izquierda posmoderna”, que no es otra cosa que la ideología imperial, cuyas ideas son generadas en EEUU y difundidas después al resto del mundo. El “intervencionismo humanitario”, la “discriminación positiva”, el puritanismo, victimismo, balcanización identitaria o “cancel culture” (=censura de la disidencia) son algunos de sus tentáculos: es el enemigo a combatir.


viernes, 14 de enero de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 52: EEUU contra Eurasia

EDITORIAL: La gran estafa


En febrero de 2020, justo antes del inicio de las “medidas contra la pandemia” en occidente, el billonario Dan Peña anunciaba sin pelos en la lengua lo que se avecinaba en una entrevista:


“¿Qué le vas a contar a tus hijos y nietos dentro de 25 años si te dicen que estuviste sentado en tu jodido culazo sin hacer nada durante la mayor redistribución de la riqueza de la historia de la Humanidad? ¿Qué hiciste? ¡Joder, nada! Eso es lo que les dirá la mayoría de vosotros. Chicos, la situación no va a mejorar... estamos en el ojo del huracán de la jodida tormenta perfecta. ¡Ahí estamos! Nunca pensé que volvería a vivir algo así. Va a hacer que los 80s parezcan un cuento para niños... Doy las gracias a Alá, Buda, Dios. Yo participé en pegar y violar a todo el mundo en los 80s. Legalmente. Esto va a hacer que aquella época parezca un jodido cuento para niños. ¿Y qué le vas a contar a tus hijos? «O, tengo que hacer una tabla de datos sobre ello». «Tengo que pensarlo». «Tengo que leer otro libro sobre fusiones y adquisiciones de empresas». Jodidos imbéciles..."


Casi dos años después, las palabras de Peña, un personaje que representa a la perfección la falta de escrúpulos del capitalismo, se han manifestado como proféticas: desde el inicio de la pandemia ha tenido lugar la mayor redistribución de la riqueza de la historia, acelerando la concentración de la riqueza en pocas manos, sin que haya habido la menor resistencia para impedirlo.  De este enriquecimiento brutal se han beneficiado especialmente los titanes de Silicon Valley, como muestran varios ejemplos de los Top Ten que más dinero ganaron en 2001, según Bloomberg:  Larry Page, (Google) ganó 47.000 millones y pasó a tener 129.500, Mark Zuckerberg (Facebook) ganó 24.900 millones y pasó a tener 128.400, Steve Ballmer (Microsoft), ganó 40.300 y pasó a poseer 120.700, Larry Ellison (Oracle) ganó 28.400 y pasó a poseer 108.100...


Y ¿qué pasó con la clase trabajadora? Tras dos años de gestión hipocondríaca de la pandemia, los sistemas públicos de sanidad de occidente están en un estado lamentable, con la asistencia primaria reducida a mínimos, lo que ha favorecido que se acelere la privatización al obligar a millones de personas a hacerse un seguro sanitario privado para un amplio abanico d+que abarca desde los servicios básicos (atención personalizada y no telefónica, como en la sanidad pública) a la medicina preventiva, como los diagnósticos de cáncer, que la sanidad pública ha reducido al mínimo para centrarse en el Coronavirus, a pesar de ser tan mortales o más.


Y mientras  esto tenía lugar, ¿dónde estaba la izquierda, los sindicatos? Callados, aprobando en silencio cada nueva ronda de medidas irracionales e hipocondríacas, pese a que la ineficacia de las vacunas y las declaraciones de Macron de querer “joder la vida a los no vacunados” dejan claro que esto no va de salud. Es una estafa.