miércoles, 27 de octubre de 2021

Desde el Confinamiento, N°. 44

EDITORIAL: Peak Oil, la gran mentira

Cuando los medios de comunicación y partidos políticos repiten como loros un mensaje, es indudable que detrás está el Gran Capital. Hoy día, la nueva verdad es el ecologismo apocalíptico, convertido en ideología dominante, justificación perfecta del empobrecimiento generalizado de la mayoría mientras unos pocos concentran inmensas riquezas (es lo que desde la izquierda se favorece con ideas como el “decrecimiento” o el “salario mínimo universal”). Los objetivos a alcanzar con ello son tres: 

1) imponer un soporte ideológico para la desigualdad;

2) sustituir el modelo industrial del capitalismo, que garantizaba una sere de servicios (sanidad, trabajo fijo, educación, etc) por un modelo basado en la precariedad generalizada; y

3) desviar el dinero invertido en el mal llamado “Estado del bienestar” en una lluvia de subvenciones que financie la reconversión de la industria occidental para poder hacer frente a China.

Uno de los pilares ideológicos del ecologismo apocalíptico, como perfecto heredero de la mentalidad milenarista judeocristiana, es el “Peak Oil”, ideología derivada de las ideas reaccionarias de Malthus pintadas de verde, que nos quiere convencer que hemos malgastado los recursos del planeta y tenemos que pagar por nuestros pecados empobreciéndonos voluntariamente.  En el caso del Peak Oil, las cifras usadas para demostrar que se acaban los hidrocarburos son extraídas de datos de empresas que están controladas por fondos de inversiones, como BlackRock, que amenazan con penalizaciones a empresas que no asuman la ideología del Cambio climático, están dejando de recibir créditos para financiar la exploración de nuevos yacimientos, o abandonan voluntariamente sus principales proyectos de exploración. A la creciente penalización a la búsqueda de nuevos yacimientos hay que añadir el componente geopolítico de la energía: países sometidos a embargo difícilmente podrán buscar o producir mas petróleo sin acceder a los mercados o poder comprar maquinaria. Más graves son los casos de grandes yacimientos (Darfur, Timor Gap, Somalia, Sáhara Occidental, etc) que por motivos políticos son inaccesibles. Un ejemplo perfecto son las inmensas reservas de gas de Rusia, que EEUU impide se exploten desde hace medio siglo. Sin el componente estratégico de la energía, el Peak Oil nunca habría parecido real.


viernes, 22 de octubre de 2021

Desde el Confinamiento, N°. 43

EDITORIAL: La guerra ya ha empezado

Las noticias sobre problemas en las cadenas globales de producción, las arterias del mundo globalizado, suelen coincidir en presentar el problema como algo casual. Sin embargo, basta analizar lo que está pasando para saber que hay lago más que simples “casualidades”. El problema se concentra en los superpuertos de Los Ángeles (EEUU) y de Shangai (China), y mientras en el caso de China el motivo de la parálisis es conocido (un test de coronavirus positivo de un trabajador), en el caso de EEUU no se da una explicación mínimamente convincente. Lo cierto es que tars empezar los estadounidenses a dejar de distribuir contenedores con productos chinos, dejando que se amontonen, eso ha dado lugar a una carencia artificial cada vez mayor de contenedores para el comercio mundial, provocando que su precio se dispare de manera exponencial, lo que afecta a las estructuras logísticas del comercio mundial.

Teniendo en cuenta que dichas estructuras logísticas llevan existiendo décadas, y que ahn sido diseñadas para resistir problemas de suministros, es difícil de creer que de repente, sin un motivo real, se desplomen. Y aún menos creible es que esto ocurra en EEUU, afectando gravemente a las exportaciones chinas (cuanto mayor es el precio del transporte, más cuesta el producto). Ante la evidente mala voluntad de EEUU, China ha reaccionado paralizando de golpe sus exportaciones, usando el virus como excusa. Sin embargo, poco puede hacer Pekín para detener el sabotaje de Washington. Su objetivo es evidente, como puso de manifiesto Trump: parar el crecimiento económico chino, cueste lo que cueste. Y cueste lo que cueste quiere decir sembrar el caos por todo el planeta.

Lo que estamos viendo no es nada nuevo: es lo mismo que llevó a cabo en los años 30 el Imperio Británico, potencia hegemónica que precedió a EEUU. Incapaz de recuperar el Gold Standard, lo que implicaba perder el control de las finanzas globales, Londres organizó en 1932 una conferencia en Ottawa que puso en marcha el sistema Imperial Preference: “home producers first, empire producers second, and foreign producers last”. El nuevo sistema impuesto por Londres destruyó los mercados globalizados de la época y partió el mundo en zonas: la zona de la libra, la del franco, la del dólar... La consecuencia de semejante política fue nefasta: en pocos años desaparecieron dos tercios del comercio global, y las grandes potencias diseñaron planes para crear amplias áreas autárticas bajo su control: la Gran Area estadounidense, la Esfera de Co-prosperidad japonesa o el Lebensraum de la Alemania nazi. Todas ellas tenían una cosa en común: que para llevarlas a cabo era necesaria una guerra. El problema de aplicar semejante política hoy día es que disponemos de un arsenal nuclear.


miércoles, 20 de octubre de 2021

DIGITALIZACIÓN: Revista Amor y Rabia, N°. 18, "Ruanda (2)"

EDITORIAL (16 de julio de 1996): El fantasma de Pol Pot


Hace unos días moría en Camboya el genocida Pol Pot, y esta noticia ha servido a los medios de comunicación, en concreto a la televisión, para llevar a cabo un nuevo ejercicio de manipulación informativa. Y es que no es la primera vez que se utiliza la figura del líder de los khmers rojos para argumentar que el sistema capitalista imperante es el menos malo de todos los sistemas posibles y que todo intento de superación de este llevaría a un festín de sangre al estilo del de Camboya. Se hace preciso, por tanto, poner de manifiesto la malintencionada falsedad de esta afirmación.


Para empezar, es de justicia decir que la sanguinaria figura de Pol Pot fue durante los años 80 el espantajo que los poderes fácticos de occidente usaron para criminalizar tanto a las minorías disidentes de las sociedades desarrolladas como a los movimientos antiimperialistas del Tercer Mundo. Así, las fotos de cadáveres amontonados en fosas, de montañas de cráneos, de bebés muertos, etc., llenaron las páginas de los periódicos y revistas del “civilizado” Primer Mundo, el cual asistía horrorizado ante lo que, según los medios informativos, era la consecuencia lógica de todas las “utopías revolucionarias”. De paso, los espeluznantes sucesos de Camboya servían para convencer a la de por si desinformada opinión pública norteamericana de que la politica de intervención de la CIA en Guatemala, El Salvador y Nicaragua, era la correcta si se quería evitar en el continente americano un fenómeno análogo al de Pol Pot Y todo ello a pesar de que Efrain Ríos Montt -por poner un ejemplo- ayudado por EE.UU. sembrara Guatemala de cadáveres calcinados y mutilados, empleando métodos tan cruentos como los del genocida camboyano.


Pero centrándonos en la figura de Pol Pot, habría que destacar de éste los pocos datos biográficos con los que se cuentan: de verdadero nombre Satoh Sar, nacido en el seno de una familia campesina del centro de Camboya, estudiante con beca en la universidad de París, miembro del Partido Comunista de vuelta en Camboya, en el cual ascendió rápidamente... En 1970 un golpe militar pro-americano derrocó al rey Shanuk de Camboya, quien se exilió en Pekín y se alió por dos veces con los khmers rojos de Pol Pot -Shanuk mantenía fluida correspondencia con Jieu Samphan, lugateniente de Pol Pot- que estaban ocultos en el noroeste de Camboya. En 1975 la guerrilla khmer entró victoriosamente en la capital, Phom Penh, donde impuso un régimen de terror en el que la población de las ciudades fue deportada a gigantescos campos de trabajos forzados agrícolas. Como consecuencia de la represión desatada por el régimen de los khmers rojos, alrrededor de dos millones de personas fueron asesinadas.


Ante todo, hay que precisar que Pol Pot no llevó a cabo ninguna utopía de “comunismo agrario” como tanto les gusta repetir a los medios de comunicación. Muy al contrario de lo que se ha venido diciendo, lo primero que hizo Pol Pot al tomar el poder fue exterminar a los marxistas ya que, como muy acertadamente se afirma en el Diario 16 del 7-6-96, “(Pol Pot) ascendió a una camarilla que no se alimentaba del marxismo sino de las tradiciones autárticas de tribus khmers del noroeste de Camboya que vivían en un auténtico sistema de despotismo oriental que dependía directamente del agua de lluvia y de ríos para su supervivencia”. Este modo de vida inhumano fué impuesto, tras ser aniquilado el Partido Comunista, por una organización secreta llamada Ankar. Por tanto, la información difundida recientemente por los “media” según la cual la supuesta “utopía” polpotiana habría eliminado “la propiedad, la moneda y la religión” es 100% manipulación onformativa, puesto que la propiedad existía -la tierra estaba en manos de la casta khmer dirigente-: la moneda, si se abolió fue porque no existía en el rudimentario modo de vida de las tribus del noroeste; y por último, no se eliminó la religión sino una religión: el budismo -que era la religión de los camboyanos de étnia vietnemita, los cuales habíen sido combatidos por las tribus khmers desde tiempos inmemoriales-.


Pero todavía hay más: no sólo el rey Shanuk apoyó a los khmers rojos sino que también lo hicieron China y Tailandia e indirectamente EE.UU., al ser aquellos dos países aliados de los americanos. Este hecho se explica por los deseos de la entente EE.UU.-China-Tailandia de frenar la preponderancia de Vietnam -punta de lanza de la influencia soviética en la zona por aquella época- para lo cual tuvieron que brindar su ayuda a Pol Pot y sus huestes. Incluso hoy en día, a 18 años vista de la calda de Pol Pot a manos del ejército vietnamita, Tailandia sigue ayudando a los khmers rojos con el consentimiento de EE.UU., permitiéndoles refugiarse en su territorio y financiarse por medio de la explotación de minas de piedras preciosas y de maderas nobles. Por lo demás, la guerrilla khmer sigue controlando una sexta parte de Camboya y sus principales acciones armadas tienen como blanco principal a vietnamitas, camboyanos de étnia vietnamita y turistas extranjeros.


Constituye esto, por tanto, una muestra de cómo funcionan nuestros “democráticos” medios informativos que hipócritamente equiparan el sanguinario régimen de Pol Pot con toda tentativa de superación del inicuo sistema capitalista imperante a pesar de que los poderes que manejan las democracias occidentales y los medios de manipulación de masas han estado apoyando el terror de los khmers rojos durante años. Y tengamos presente el hecho de que occidente sigue vendiendo armas al genocida indonesio Suharto cuando los “mass media” vuelvan a invocar el fantasma de Pol Pot contra aquellos/as que combatimos la propiedad, la autoridad y la religión, pilares fundamentales de la barbarie contemporanea.



domingo, 17 de octubre de 2021

Desde el Confinamiento, N°. 42

EDITORIAL: La pandemia de los números


Durante el pasado año y medio hemos vivido una gigantesca demostración de la inmensidad del poder de las matemáticas sobre nuetsra mente: desde el principio hasta el aparente final actual hemos dejado que nuestra vida sea gobernada mediante números cuyo origen no controlamos, como el número de infecciones o el número de muertos. Ahora sabemos que los números de infecciones en que se basan las “olas” dependen del número de tests: a más tests, más infecciones; que los tests PCR dependen del número de ciclos: a más ciclos, más positivos; que la supuesta congestión de urgencias se basaba en datos falsos de los hospitales para conseguir ayudas, o que el enorme número de muertos d ela primera ola se debía a que las residencias de ancianos abandonaron a sus suerte a ancianos atados a las camas o encerrados en habitaciones, sin medicinas o comida. Los datos del horror se guardan en secreto, y los responsables de la masacre, los fondos de inversiones dueños de las residencias, recibieron 300 millones de euros. En cuanto a la gestión de la pandemia, no hay actas ni documentos que permitan juzgar porqué el gobierno decidió sustituir las medidas tradicionales contra pandemias, eliminando la legalidad de la democracia burguesa, sustituyéndola por una dictadura sanitaria.

Este teatro pandémico, que ha convertido a la sociedad en una masa hipocondríaca, ha iniciado una nueva era, la del gobierno de los números imaginarios, meros modelos matemáticos que, desde comienzos de 2020, han pasado a sustituir a los datos “reales”. Dichas proyecciones a posteriori se han demostrado erróneoneas, como los datos apocalípticos del Imperial College birtánico, base de la locura aplicada por los gobiernos neoliberales occidentales. Esos mismos gobiernos anuncian ya las más medidas basadas en proyecciones, esta vez climáticas, en base a las cuales hemos de empobrecernos voluntariamente. El discurso del decrecimiento, que lleva años infiltrando la izquierda, es ahora el discurso del estado, y la justificación de su política económica y social. De nuevo, modelos matemáticos y datos interpretados de manera sesgada permiten a la religión apocalíptica que es el ecologismo actual intentar que aceptemos sin protestar una vida de recortes y sufrimientos, por el bien común.

Mientras el poder ha logrado engullir  a la izquierda integrándola en su discurso, los resultados se hacen cada vez más evidentes: la política actual, basada en números y modelos matemáticos, tiene un solo beneficiario: el Capital, que ha aumentado su riqueza un 67% en un año, enriquecimiento paralelo a un empobrecemiento brutal del pueblo. Esta situación anuncia una resistencia inevitable frente el discurso basado en los números y contra sus principales defensores: la izquierda mayoritaria y sumisa al poder.


jueves, 14 de octubre de 2021

DIGITALIZACIÓN: Revista Amor y Rabia, N°. 14, "Conexión hamburguesa"

EDITORIAL (4 de junio de 1996): ¿Existió alguna vez el GAL?

Que nadie se alarme: no vamos a decir aquí que nunca existieron las víctimas del terrorismo de estado desarrollado en Euskadi, no. Lo que nos preguntamos, en cambio, es si lo que existió fué simplemente esa banda llamada GAL, o hubo algo más. Para nosotros/as es evidente que el “Caso GAL” no es más que una tapadera de algo mucho más importante: la estrategia de la tensión aplicada en el estado Español desde la muerte de Franco hasta mediados de los 80 con el fin de acabar con cualquier posible foco de disidencia anticapitalista.

La detención de Andrés Cassinello es buena prueba de lo que decimos: este personaje, entrenado nada menos que en Fort Bragg (EEUU), la academia de lucha de contrainsurgencia del mundo (es decir, especializada en combatir aquellos movimientos que puedan hacer peligrar el orden vigente), ha sido, por fin, acusado de haber sido uno de los principales responsables del GAL.

Pero su detención, en cambio, ha sido seguida por el nombramiento como jefe del CESID de quien, precisamente, fuera jefe de Cassinello durante la santa Transición, otro militar de mayor graduación aún y que también está especializado en la lucha contrainsurgencia. Asimismo, otra decisión casi paralela al nombramiento del nuevo jefe del CESID es la entrada de España en la estructura militar de la OTAN.

O al menos, la entrada de manera pública, ya que España está representada ya desde hace mucho tiempo en los centros de planificación de la OTAN por dos siniestros personajes que se turnan y que, además, son hermanos: los Pardo de Santayana. En la actualidad, uno de ellos se encarga de representar a España en las estructuras más secretas de la OTAN, mientras que el otro se ha encargado de diseñar nada menos que el Plan Norte del Ejército. Es a estos dos personajes a quienes hay que preguntar que fué, en realidad, el GAL y otros montajes similares que abundaron en la Transición, y que, pese a que hoy se pretendan olvidar, estaban todos ellos cruzados, pero que tenían todos en común una dirección claramente unificada.. Estamos hablando, claro está, de la sección española de la GLADIO. Pero este asunto es todavía tabú en este país: veremos por cuánto tiempo.


miércoles, 13 de octubre de 2021

Desde el Confinamiento, N°. 41

EDITORIAL: Sembrando ideas reaccionarias

Durante la Guerra Fría, EEUU invirtió enormes sumas de dinero para acabar con el monopolio de las ideas fuerza. Según Thomas Braden, estratega de la “Guerra Fría Cultural” de la CIA para hacer frente a la URSS, los comunistas “habían robado las grandes palabras... el difunto embajador de EEUU en la ONU, Adlai Stevenson, me contó cómo se había indignado cuando los delegados de países subdesarrollados, jóvenes que habían llegado a la madurez durante la Guerra Fría, asumían que cualquiera que esté a favor de la ‘paz’ y ‘Libertad’ y ‘Justicia’ también está a favor del comunismo.


Los instrumentos ideológicos anticomunistas más eficaces fueron los movimientos de caracter interclasista: nacionalismo, ecologismo o feminismo. Estas ideologías permiten evitar hablar de la guerra de clases implícita al capitalismo y al mismo tiempo pueden ser utilizadas para criticar a los enemigos del sistema; a Amor y Rabia se nos ha llamado “españolistas” por estar contra el supremacismo catalanista, “negacionistas” por rechazar el ecologismo apocalíptico y su misantropía, o “puteros” por negarnos a apoyar la represión de la prostitución y “machistas” por criticar el feminismo. En todos estos casos se trata de lo mismo: desprestigiar al disidente, usando palabras que generan rechazo para evitar argumentar contra la defensa de la igualdad y el rechazo a la represión.


El convertir las palabras en armas tiene una “cara B” todavía más perversa: la eliminación de palabras de contenido “políticamente incorrecto”. Una de ellas es “mujer”, cuyo uso está siendo eliminado en EEUU por grupos como la ACLU, la mayor organización de defensa de los derechos civiles del país. El resultado de esta irracionalidad fomentada desde el poder es eliminar los rasgos que definían tradicionalmente a la izquierda: de luchar por la libertad de expresión se ha pasado a defender la censura, de criticar al imperialismo se ha pasado a defender las “intervenciones humanitarias”, o de luchar por un reparto más justo de la riqueza se ha pasado a defender el empobrecimiento, que ahora es llamado “decrecimiento”. La consecuencia de esta deriva irracional de la izquierda -Movimiento Libertario incluido- es su creciente rechazo entre la juventud.


viernes, 1 de octubre de 2021

Desde el Confinamiento, N°. 40

EDITORIAL: Cuando se pare la música

Es indudable que, para desviar la atención, el Coronavirus ha sido el instrumento perfecto; era de esperar, teniendo en cuenta de que se trata del miedo a la muerte que usan desde siempre las religiones para desactivar el análisis racional.  Pero, como decía Abraham Lincoln, “se puede engañar a algunos todo el tiempo y se puede engañar a todos durante algún tiempo. Pero no se puede engañar a todos todo el tiempo. Perdido su impacto inicial, la música se está deteniendo, y se puede ver claramente:

-PRIMERO, que mientras el pueblo tenía que hacer frente a las “medidas contra el Coronavirus”, calificadas muy acertadamente de Teatro Pandémico por El País, El Mundo o La voz de Galicia, ha tenido lugar en occidente una redistribución de la riqueza de dimensiones nunca vista en la historia. Según los datos que se han publicado recientemente, la riqueza en manos de la punta de este sistema de castas llamada capitalismo se disparó durante la pandemia, aumentando un fenomenal 62%.

-SEGUNDO, que los mecanismos de control social y destrucción del capitalismo han crecido durante la pandemia hasta niveles hasta hace poco impensables. Los militares reciben más dinero que antes de la pandemia, y su uso para controlar a la población se ha normalizado. La policía hace lo que la dé la gana, desde apaelar, multar o incluso entrar por la fuerza en viviendas, a sabiendas de que la resistencia es mínima y la aprobación social máxima. Y los políticos, previamente vistos como ejemplo de corrupción, como el jefe de la Taifa gallega, han usado el miedo al virus para convertirse en abanderados de estrategias dictatoriales aceptadas de manera ciega por la mayoría de un pueblo asustado.

-TERCERO, la ecomomía global estaba tambaleándose meses antes de poner en marcha las “medidas contra el Coronavirus”. Estas sirvieron de excusa para dar unas subvenciones colosales al Capital, provocando un aumento dramático de la masa monetaria. Tras dejar pasar un tiempo prudencial para que no sea evidente la relación causa-efecto, ha llegado el momento de hacer pagar al pueblo la factura, mediante bajadas de sueldos, precariedad y carestía de vida.

-CUARTO, el Movimiento Libertario se ha desacreditado a si mismo, al aceptar en silencio la orgía actual de autoritarismo, basado en medidas de corte dictatorial que no solucionan nada..