sábado, 24 de octubre de 2020

DIGITALIZACIÓN: Revista Amor y Rabia, Nr°. 44: "Muerte accidental de un anarquista"

EDITORIAL

Acerca del trasfondo histórico de la obra

La cáustica genialidad de Dario Fo supo reflejar en la farsa “Muerte accidental…” los oscuros entresijos de un crimen de estado que alcanzó de lleno al movimiento libertario, a saber, la tortura y asesinato del anarquista italiano Giuseppe Pinelli y la simulación de su suicidio a manos de la policía, hecho ocurrido en Diciembre de 1.969.

Aunque el autor nos diga en el prólogo que los hechos reales en los que se basa la obra tuvieron lugar en los años 20 en Estados Unidos, esto solo cabe ser interpretado como una provocativa burla a los poderes ocultos que urdieron el complot contra el anarquismo italiano y a la inverosímil explicación de la muerte de Pinelli que difundieron a través de los medios de propaganda del sistema. De hecho, los acontecimientos, que vamos a ir conociendo por medio de “flash-backs” a través de la soberbia figura dramática del loco (portador de una muy acertada ironía distanciadora), guardan un parecido enorme con la historia real y nada tienen que ver con esa “magia imponderable del teatro” como insiste en hacernos creer el irónico Fo en el prólogo. Así, la descripción de Pinelli es absolutamente fidedigna: trabajador ferroviario, miembro de la FAI italiana y la USI y uno de los militantes mas inteligentes y de más valía en los círculos libertarios de Milán. Por su parte el Comisario Jefe no es otro que el inspector Luigi Calabresi, responsable directo del curioso “suicidio” de Pinelli y que, a su vez, sería dos años más tarde asesinado por un grupo de terroristas neonazis relacionado con las tramas contrainsurgentes de los estados de la “democrática” Europa, grupo entre cuyos miembros se encontraba, por cierto, un mercenario que fue contratado por el estado español para asesinar a diversos miembros de ETA durante la etapa de gobierno de UCD. También se habla de la bomba que estalló en la Banca Nacional de la Agricultura de la Piazza Fontana de Milán de la cual se culpó a Pinelli y sus compañeros de grupo, y de los atentados a diversos trenes así como de la explosión en el Monumento al Soldado Desconocido, todo ello obra de un grupo neonazi dirigido por los servicios secretos italianos para criminalizar y/o provocar al movimiento anarquista. Fo incluso menciona explícitamente a un agente provocador infiltrado en el grupo “Bakunin” de la FAI de Roma, que no es otro que Mario Merlino, terrorista negro y miembro del partido neonazi Avanguardia Nazionale. Y no olvidemos que la osada historicidad de esta obra la pagó Fo muy caro: un grupo de neonazis llegaría a secuestrar y violar a la compañera del dramaturgo.

“Muerte accidental…” es, por tanto, un magnífico documento histórico que pone al descubierto los mecanismos arcanos que subyacían a la sangrienta “estrategia de la tensión” promovida por las fuerzas contrainsurgentes y reaccionarias de la Italia de los trágicos “años de plomo”. Y lo que es más significativo: “Muerte accidental…” es una aguda reflexión sobre los mecanismos de control social y terrorismo de estado en las democracias avanzadas, en las que se alienta desde los poderes gubernamentales  mediáticos la actividad armada de diversos grupúsculos (en teoría disidentes) debidamente infiltrados y dirigidos por los servicios secretos para, de este modo, justificar la represión al genuino movimiento revolucionario y, al mismo tiempo, ganarse el apoyo de una sociedad sumida en el miedo y la ignorancia. Tal fue el caso de la utilización por parte del estado italiano de las Brigadas Rojas con fines contrarrevolucionarios, estrategia ésta que se ha reproducido siguiendo esquemas similares en distintas partes de globo (en Argelia con el GIA, en Palestina con Hamas, etc.) en las que el juego de intereses económicos dan cuerda al secreto mecanismo de contrainsurgencia contemporánea. El tema que aborda Fo en la obra no ha perdido, por tanto, ni un ápice de vigencia, especialmente si tenemos en cuenta que el mismo estado español no es en modo alguno ajeno a este tipo de mecanismos… Pero ese es un tema que trataremos en otro número de “Amor y Rabia” con profundidad.

En resumen, la lectura de “Muerte accidental…” es altamente recomendable tanto por la elevada calidad artística de esta desternillante e ingeniosa farsa como por el valor formativo que presenta esta obra para aquellos/as que luchamos a diario contra esa mentira moderna llamada “estado democrático”.


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