domingo, 29 de agosto de 2021

Desde el Confinamiento, N°37

EDITORIAL: Todo lo que es bueno es libre y salvaje

«Este curioso mundo que habitamos es más maravilloso que conveniente, más hermoso que útil; está más por ser admirado y disfrutado que para ser utilizado», estas palabras las escribió un joven universitario decimonónico que refleja una visión de la Naturaleza contraria al convencional utilitarismo cosificante que impera, se llamaba Henri David Thoreau. Los seres humanos formamos parte de la Naturaleza, no estamos ni por encima ni al margen de ella, esa fue su idea, que mantuvo toda su vida.

Thoreau es conocido —por quienes creemos en un mundo mejor— por su ensayo sobre la ‘desobedien- cia civil’ que inspirase la lucha no violenta del Mahatma Gandhi, Lev Tolstoi y Martin Luther King, entre otros, contra las injusticias en el seno de las sociedades humanas. No solo es cuestión de hacer el bien, sino también de no colaborar con el mal, la indiferencia es la más grave de las faltas.

Fue el primero en denunciar la tragedia de los nativos americanos, de cómo el hombre blanco les arrebató sus tierras. Rechazó la mentalidad mercantilista y consumista del capitalismo, que solo produce necesidades innecesarias y nos ata. Se negó a pagar impuestos que servían para pagar la guerra imperialista de los EEUU contra México —tras la que se anexionó la mitad del territorio de su vecino meridional—, y contra las leyes que permitían la vergonzosa esclavitud en su país. Inquietudes sociales tenía, muy al contrario del ‘individualismo’ con el que se le asocia.

Como librepensador también fue un filósofo de la Naturaleza, a la cual amó en su plenitud, llegando a vivir dos años de su vida en los bosques junto a la laguna Walden, manteniendo coherentemente una vida sencilla (pero no aislada de los de su especie). No es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita, quiso decirnos dando ejemplo. La comunión de lo humano con lo natural era su lema, y consideró importante el mantenimiento de lo silvestre en contraposición a lo domesticado y manoseado.

De la misma manera que repudiaba la tala masiva de árboles como la innecesaria caza por placer, se preocupó también por los asuntos humanos. Vio en el trabajo asalariado otro nuevo tipo de esclavitud. El papel de los gobernantes lo consideraba funesto, «el mejor Gobierno es el que no gobierna» nos llegó a decir. Es considerado precursor tanto del pensamiento libertario como del ecologista, y aquí os presentamos otro número especial dedicado a este gran personaje histórico universal.


Los textos que incluimos en este numero son los siguientes:

- La naturaleza según Thoreau, por Joaquín Araújo

- Thoreau, la naturaleza como ideología, por César de Vicente Hernando

- Henry David Thoreau (bicentenario), por S. Geist

- “Si construye castillos en el aire, su obra no se perderá“, por Antonio Iturbe

- Thoreau, una cabaña trascendental, por Michel Onfray

- Thoreau, por Ralph Waldo Emerson

- Thoreau al natural, por Paula Ivaska Robbins



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