martes, 8 de febrero de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 55: El derrumbe de la narrativa Covid

EDITORIAL: Sostenella y no enmendalla


De todas las cosas que hemos visto durante esta orgía de autoritarismo de las “medidas contra el Coronavirus”, lo peor sin duda ha sido ver la ausencia de capacidad crítica de la casi totalidad de la izquierda, “radical” o no. Decía Agustín García Calvo que “Quien piense que algo como el Dinero o el Estado son cosas que tienen su ser en sí mismos y que no necesitan que se crea en ellos como en otros tiempos se creía en Dios, se engañan, es exactamente lo mismo, sin Fe: Ni Capital, ni Estado, ni nada se sostiene”. Pues bien, a la vista de la fe ciega de la izquierda en “la ciencia” (más bien una imagen distorsionada que la convierte en una nueva religión) y la propaganda de los medios de comunicación de masas, es evidente que el poder carece de enemigos reales. Basta jugar con los miedos que se esconden en el subconsciente para convertir a anarquistas en defensores de una dictadura en la que careces de control sobre tu propio cuerpo.


Quien pensara que lo habíamos visto todo se equivoca: ahora que desde el poder se reconoce que toda esta salvajada se sostenía en mentiras estadísticas, los “expertos” demuestran que no saben de lo que hablan e incluso un sector de la comunidad científica -los inmunólogos- se rebelan contra las mentiras disfrazadas de ciencia, la falta de autocrítica cuando no el silencio de la izquierda frente a su sumisión al autoritarismo irracional del Estado se mantiene. Un ejemplo lamentable es la “Declaración de organizaciones anarquistas internacionales sobre la pandemia de COVID19“, en la que admiten no haber luchado contra el confinamiento, no critican el Pasaporte Covid y el apartheid sanitario, y callan ante sus nefastas consecuencias, como la conversión del suicidio en la primera causa de muerte en España, insinuando incluso  que la estrategia inhumana del “Cero Covid”  habría sido la adecuada. Y justifican no haber hecho nada contra esta locura autoritaria diciendo que “el anarquismo organizado cree en la autoorganización” (¿?) y aseguran haber “participado en una variedad de luchas”.


Al parecer vivimos en universos paralelos: en el nuestro, la vida ha sido un infierno los últimos años, la ciencia se ha convertido en una religión que no se podía cuestionar, y el acoso hacia quienes mantenían posiciones críticas ha sido habitual. Ante la conversión del movimiento anarquista en una secta de defensores de las mentiras de los medios de comunicación y del poder, nosotros nos negamos a esta perversión del espíritu crítico del anarquismo. Ante la ausencia casi total de textos anarquistas críticos con esta dictadura hipocondríaca, y siguiendo el camino que iniciamos con la publicación en el número 67 de la revista Amor y Rabia del texto “El hombre que fue jueves (pesadilla)” de G. K. Chesterton,  recopilamos en este número una serie de análisis que, sin ser anarquistas, destapan las mentiras del poder de los últimos dos años. Porque, como decía Machado, la verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.



Los textos que incluimos en este numero son los siguientes:



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