No regresamos, porque nunca nos fuimos. Otros proyectos relacionados con el anarquismo han ocupado nuestro tiempo estos años desde que a comienzos del nuevo milenio cesase la publicación de la revista Amor y Rabia. En este tiempo hemos comprobado que mucha gente conoció y apreció el trabajo realizado, aunque somos conscientes del tiempo que ha pasado y que muchos otros no sabrán de qué estamos hablando. Hagamos memoria.
Desde la primavera de 1995 hasta el año 2003 (con algún que otro panfleto más en años posteriores) el Grupo Anarquista Amor y Rabia, del que en su día formamos parte, desarrolló una serie de publicaciones de carácter monográfico hasta alcanzar el número 65. Hubo de todo, pero la gran mayoría se caracterizaban por intentar abordar realidades con una profundidad que es difícil encontrar en el ámbito libertario donde las publicaciones en papel y los blogs, salvo honrosas excepciones, sólo incluyen artículos de opinión, valoraciones o análisis relativamente escuetos.
De una revista que nació con vocación local en Valladolid acabamos tirando más de mil ejemplares y realizando una distribución por todo el país, incluso con alguna suscripción europea. La dispersión de los compañeros obligada por las circunstancias laborales hizo obligada la pausa durante estos años en los que a pesar de todo no hemos perdido el contacto.
Núm. 1: Minas. Los asesinos
ocultos
Con el apoyo de las nuevas formas de investigación y comunicación basadas en la red algunos compañeros hemos visto la posibilidad de retomar aquella tarea aunque sea desde la distancia, ya que para lo que nos proponemos no es ningún obstáculo. Eso sí, evidentemente desistimos de la publicación en papel de los trabajos que realicemos en esta nueva etapa. El formato digital nos permite publicar más rápidamente, más barato, desde cualquier punto del mundo, utilizar generosamente las imágenes en color, llegar a muchísima más gente, y no obstante se mantiene la posibilidad de que cualquier persona pueda imprimirlo o distribuirlo en la forma y cantidad que estime conveniente.
Por otro lado, hoy las fuentes a consultar para obtener información son mucho más accesibles y numerosas que antaño, y ante cualquier conflicto pueden encontrarse las posiciones de las partes beligerantes y otras externas, siempre y cuando tengamos la voluntad de hacerlo al haber desconfiado previamente de lo que prensa, radio y televisión nacional establecen como pensamiento único. Nos han dado continuamente motivos para esta desconfianza, sobre todo cuando están manchados como parte interesada, algo que sucede más a menudo de lo que pensamos.
Entonces como ahora, facilidades aparte, creemos que sigue haciendo falta elaborar trabajos que puedan servir de referencia para desmontar el discurso del poder que nos viene administrado convenientemente por el establishment mediático. Las medias verdades, cuando no las mentiras directamente, moldean eso que llaman opinión pública hasta el punto de encauzar incluso de qué manera y contra quién tenemos que indignarnos o rebelarnos. La cobertura de varios días sobre un juicio por una gamberrada en Rusia en contraposición a los escasos minutos dedicados al asesinato brutal de 34 mineros sudafricanos en huelga, nos da idea de que los intereses informativos no están relacionados con la proporcionalidad de la vulneración de los derechos humanos en ambos casos. Ni Sting ni Madonna han dicho nada en el segundo caso. Ni los esperamos. Sabemos que hay determinadas informaciones cuyo interés es representar la caricatura que debemos hacer pasar por realidad sobre determinados personajes o países, enfrentados a los intereses de los capitalistas que se hacen llamar compatriotas.
Por todo lo anterior nos embarcamos a realizar de nuevo este desbrozo y aclareo de la información oficial. Y volveremos a hacerlo desde la firme convicción en la defensa de las ideas anarquistas, entendiendo que la dificultad de alcanzar una vida plena en libertad armónica por todo el género humano radica en el intento constante de alcanzar e incrementar el poder por parte de grupos políticos, religiosos y económicos en todo el mundo. La información es uno de los pilares para combatir sus guerras y sus expolios y esperamos acierto en ello.
Núm. 65: Nazis en Wall Street