domingo, 26 de febrero de 2023

Desde el Confinamiento, N°. 75: El capitalismo del pánico

 EDITORIAL: El miedo como arma

El 32.º presidente de EEUU, Franklin Delano Roosevelt, que llegó al poder en 1933, en plena crisis económica fruto de la Gran Depresión, declaró en su discurso de investidura que “a lo único a lo que hemos de temer es al miedo mismo”:

En primer lugar, permítanme afirmar mi firme convicción de que a lo único que debemos temer es al miedo mismo: un terror sin nombre, irrazonable e injustificado que paraliza los esfuerzos necesarios para convertir la retirada en avance. En cada hora oscura de nuestra vida nacional, un liderazgo franco y vigoroso se ha encontrado con esa comprensión y apoyo del pueblo mismo que es esencial para la victoria  (1).

Roosevelt llegó al poder en una época en la que se estaba librando una batalla global para sustituir al Imperio británico, la tambaleante potencia hegemónica global, y el principal oponente del Capital estadounidense era el Capital alemán, que ese año había llevado al poder a Hitler. hacía tan sólo 15 años había acabado la Primera Guerra Mundial, y la población de EEUU era partidaria del aislacionismo, es decir, contraria a participar en un nuevo conflicto bélico. Roosevelt, miembro de una rancia familia de la oligarquía estadounidense, había sido abogado en Nueva York  para alguna de la principales corporaciones del país antes de ser nombrado senador en 1910, siendo subsecretario de Marina del presidente Woodrow Wilson durante la Primera Guerra Mundial.

Su discurso contra el miedo en 1933 era en realidad un discurso a favor de la entrada de EEUU en el conflicto global que acababa de empezar en su forma económica, que luego desencadenó la militar. Roosevelt logró en 1941 la entrada de EEUU en la guerra a pesar de la resistencia de la población al declarar la guerra económica a Japón, estrangulando su economía, que dio lugar al ataque japonés contra Pearl Harbour, circunstancias que dieron lugar a la creación de una comisión de investigación del Congreso de EEUU tras la guerra.

Hoy día, el Capital occidental está siguiendo el guión de los años 30: tras declarar la guerra económica a China, su principal competidor, ha provocado una guerra innecesaria en Ucrania al negarse a aceptar que sea neutral y armando a un régimen rusófobo cuyo líder declaró en febrero de 2022 en la Conferencia de Seguridad de Munich que estaba planteándose dotarse de armas nucleares. Nos encontramos en una lucha por el poder global, de una potencia hegemónica que se tambalea -EEUU- contra una potencia en ascenso -China-, y la siembra constante de miedo por los medios de domesticación es el principal instrumento del Poder para impedir que nos organicemos contra nuestros amos.

NOTAS

(1) History Matters: “Only Thing We Have to Fear Is Fear Itself”: FDR’s First Inaugural Address.


domingo, 12 de febrero de 2023

Desde el Confinamiento, N°. 74: Historias de infiltrados

EDITORIAL: Al servicio del Estado

En los años 80, la brutalidad de la policía británica dio lugar a la puesta en marcha de una campaña que exigía poner en marcha mecanismos que permitiesen controlar a la policía; gracias a un documento policial que ha sido desclasificado (1), hoy sabemos que dicha campaña fue criticada en el seno de la policía con argumentos paranoicos: ni la población ni sus representantes eran de fiar, por lo que no es posible un control de nuestros controladores. Fin de la discusión.

El último escándalo relacionado con infiltrados, que esta vez ha estallado en Barcelona, saca a la luz lo que debería de ser vox populi desde hace mucho: que el Estado no se fía de sus súbditos, motivo por el cual sufrimos un control tan grande y axfisiante como injustificado, para el cual se usan medios injustificados, tanto ética como racionalmente.

Según ha sacado a la luz el escándalo de Barcelona, que ha sacado a la luz el semanario La Directa, el Ministerio del Interior ha utilizado el sexo como método para infiltrar organizaciones de izquierda. Como ha denunciado la CGT, dichas organizaciones no tienen nada que ocultar, no son sospechosas de nada y sus espacios están abiertos para todo el mundo. ¿Qué motivo hay, entonces, para manipular los sentimientos y emociones de personas? 

Hay quienes se burlan de las mujeres que protestan por haber sido manipuladas por la policía. ¿Acaso vale todo? ¿Saben, acaso, que entre los instrumentos del moderno “arte” de la infiltración policial está el crear relaciones sentimentales a largo plazo y tener hijos para luego desaparecer, como ha ocurrido en Inglaterra? ¿Son conscientes del rastro de dolor y existencias rotas que dejan semejantes alimañas, meros títeres dispuestos a sacrificar lo que sea en el altar de la Seguridad del estado?

No hay chiste ni burla al respecto que sea aceptable: reirse es hacerle el juego al Estado. Es el mismo Estado que nos encarcela y manda a la calle, mientras protege a la patronal y al poder. Es tu enemigo.

NOTAS

(1) hackneyhistory.wordpress.com (11.02.2023): Watching us watching them: Spycop thoughts on police accountability in 1980s Hackney. Enlace al documento: https://www.ucpi.org.uk/wp-content/uploads/2023/01/MPS_0748355.pdf. Sobre la campaña, hackneyhistory.wordpress.com (03.07.2020): When Hackney (almost) defunded the Police.


miércoles, 1 de febrero de 2023

Desde el Confinamiento, N°. 73: ¿Anarcoindividualismo rima con Fascismo?

EDITORIAL: Cuidado con los libertarianos

Los últimos años, y especialmente la reciente dictadura sanitaria, han puesto en evidencia que la incapacidad de reconstruir el movimiento libertario al final del Franquismo y la Guerra Fría no se debe a la acción del Estado mediante montajes como el Caso Scala, sino al colapso intelectual del anarquismo. Basta analizar lo que se discute en sus medios de comunicación y lo que dicen  sus intelectuales para ver que carece de alternativas al capitalismo actual.

Si se dejan de lado los artículos sobre la CNT y la revolución del 36, el resto son adaptaciones pintadas de rojo y negro del discurso actual del poder: difusión de la ideología identitaria y apoyo a nacionalismos, defensa de ideas misantrópicas como la liberación animal, o sectarias como el veganismo y la religión del ecologismo apocalíptico, y apoyo al decrecimiento o empobrecimiento voluntario. En cuanto a su análisis de la actualidad/realidad, no va más allá de repetir los análisis de la propaganda del poder y apoyar sus golpes por todo el globo.

Es lógico que así sea: carece de análisis del sistema de poder actual y sus ideas de cómo alcanzar la Icaría son un brindis al sol, ecos de la época en que surgió el anarquismo, producto de la revolución industrial y el choque cultural entre las masas campesinas que alimentaban las fábricas de las ciudades y sus enfrentamientos con una clase burguesa inexperta en la gestión social. Su hegemonía en el seno de la clase trabajadora no tardó en resquebrajarse tras la creación de la socialdemocracia por la pequeña burguesía y la aparición del bolchevismo, defensor de Estado obrero. La puesta en marcha del Estado del bienestar en una sociedad que ya estaba urbanizada y culturalmente adaptada al sistema capitalista maracorn el final del anarquismo como movimiento de masas, y a partir de entonces quedó brain dead; sus restos fueron entonces utilizados por el Capital financiero como arma contra el Capitalismo de Estado, su hermano bastardo, ya fuese en apoyo de movimientos anticomunistas como la insurrección de Hungría en 1956 o Solidarinosc en Polonia, o como apoyo intelectual en la Guera Fría cultural de la CIA.

Hoy día, el Capital financiero hace frente al fin del modelo neoliberal, y sus planificadores, el llamado Estado Profundo (1), son conscientes de las tensiones sociales que se avecinan. Para lograr una transición lo más pacífica posible al “fin de la abundancia” (Macron), siguiendo el modelo de la doctrina del shock están usando dos instrumentos de control social: el miedo a jinetes del apocalipsis como las epidemias, el holocausto nuclear o el apocalípsis climático, y pastorear a la sociedad mediante el argumento del bien común.

La izquierda era el instrumento ideal para lograrlo, y por ello se infiltraron las organizaciones de la izquierda de clase, tras el fin de la Guerra Fría intelectualmente poco más que zombies, transformándolas en la derecha de facto del sistema mediante su adopción de los pilares de la ideología posmoderna: dogmatismo (corrección política), autoritarismo (cultura de la cancelación) e irracionalismo (la confunsión de deseos con realidades). Debido a ello, desde hace una década se observa un fenómeno preocupante: mientras la izquierda abandonaba sus pilares, como el pensamiento crítico, el antiimperialismo o la lucha contra el poder/establishment, la derecha se ha dedicado a adaptarlos a su discurso para poder transformarse en la “izquierda” de facto del sistema.

Hoy día, el sector más “radical” de esta derecha transformada en pseudoizquierda son los llamados libertarianos, que se declaran enemigos del Estado y defensores del individualismo, pero que al mismo tiempo son defensores del mítico “mercado libre” y, como expone Rand en La rebelión de Atlas (Atlas Shrugged, 1957), defienden el liderazgo de los oligarcas sobre la sociedad. Debido a la reconfiguración actual del panorama político europeo implantando el modelo EEUU, los libertarianos podrían intentar sustituir al anarquismo como ideología antisistema en el caos que se avecina, Cuidao pues. 

NOTAS

(1) Dominic Cummings, quien fue asesor del primer ministro británico Boris Johnson, ha reconociso la existencia del Estado Profundo (Deep State); según él, “el estado profundo es real... (y) muy bueno, sensato, inteligente”; se trata de funcionarios experimentados que intentan “evitar que los idiotas que ganan elecciones hagan cosas terribles... Muchas de las mejores cosas llevadas a cabo durante la pandemia se deben al Estado Profundo, que frustró los planes del político electo Matt Hancock, (ministro de salud) en beneficio del país”.