sábado, 26 de diciembre de 2020

Desde el Confinamiento, N°30

EDITORIAL: La religión de las vacunas

Desde que se han puesto en marcha las medidas contra el Coronavirus, los resultados han sido catastróficos: hospitales colapsados, escenas de película de terror en las residencias de ancianos, un autoritarismo rampante que no para de imponer medidas absurdas con la excusa de la lucha contra el virus, y una campaña constante de miedo por parte de los medios de comunicación.

Ante la creciente desesperación de la población y una economía cada vez más frágil, ahora se nos pretende convencer de que la solución está a punto de llegar, como por arte de magia, gracias a las vacunas. Dan igual las voces que han advertido, por activa y por pasiva, que las vacunas no se pueden planificar, necesitándose entre 8 y 10 años con suerte para obtener una; que no hay una vacuna contra la gripe que funcione al 100% porque el virus ha mutado mil veces antes de que se pueda desarrollar una vacuna; y que, aun en caso de lograrse desarrollar una vacuna, se necesita mucho tiempo para lograr poner en marcha la logística que se requiere: producción, transporte, distribución, vacunación...

Todo esto se ha dicho y repetido mil veces, y mil veces ha sido ignorado, porque la vacuna ha pasado a ocupar en la mente popular el papel de las milagrosas reliquias de santos del medievo. Pero la fe no ayuda al desarrollo científico, y poco a poco nos vamos enterando de que las vacunas que reciben permiso para comercializarse carecen de las más mínimas garantías: o han sido concebidas en tan solo dos días, o los tests no han sido realizados con los grupos de riesgo y, en el caso de la vacuna que se emplea en la campaña de vacunación actual en UK, el gobierno anunció DESPUÉS de iniciar la campaña de vacunación, que las personas con cualquier tipo de alergias -un porcentaje cada vez más elevado de la población occidental- no deben vacunarse. Ha llegado el momento de preguntarse: ¿y si no se consigue una vacuna en los próximos meses o años?



domingo, 6 de diciembre de 2020

Desde el Confinamiento, N°29

EDITORIAL: Desde el confinamiento 2.0

En medio de la reflexión sobre cómo adaptarnos a la situación creada por las medidas contra el Coronavirus, que afectan de lleno a la distribución de publicaciones en papel al llevar a la ruina a los espacios habituales de distribución -bares y librerías-, twitter ha intervenido de manera decisiva, echándonos una mano (al cuello). El 15 de noviembre publicamos un tuit con un comunicado de la empresa Scytl negando las acusaciones de los trumpistas de haber participado en un pucherazo electoral; el tuit contenía el comunicado en imágenes, para facilitar su difusión y evitar que se perdiese, así como tres enlaces: dos al comunicado (en la web y en archive.org), y un tercero a un artículo que mostraba de qué se acusa a Scytl. Nada más publicarlo, la cuenta fue inmediatamente bloqueada por twitter, que nos exigió que lo borrásemos para poder seguir utilizando esa red social. Dicho de otra forma, twitter nos exigía borrar un tuit que negaba las acusaciones trumpistas, como parte de su campaña para luchar contra las acusaciones trumpistas de pucherazo electoral. De esta manera, nos convertimos en víctimas colaterales de la política de twitter de matar moscas a cañonazos, al estrechar su definición de lo que consideran válido o aceptable.

Dado que nos negamos a someternos a la censura y a su hija más siniestra, la autocensura, tenemos claro que nuestros días en twitter están contados; por ello, a partir de ahora nos centraremos en publicar artículos en nuestro blog, convertido así en el eje de nuestra presencia en la red; además, volvemos a publicar Desde el confinamiento, esta vez con una periodicidad más fácil de mantener y con una mezcla de artículos propios y otros traducidos de otros idiomas; y todo ello, sin dejar de vender nuestras revistas impresas (revista Amor y Rabia, Prisma, el Boletín…). Vamos a seguir publicando noticias en twitter, pero pasarán a un tercer plano, al no ser más que editar contenidos en beneficio de twitter y no tiene sentido invertir nuestras energías en un trabajo que puede ser eliminado en cualquier momento por motivos más allá de nuestra comprensión.

Lo ocurrido no es algo excepcional: este tipo de censura aumentará en el futuro, debido a que la dependencia de las llamadas redes sociales y la internet para comunicarnos es un talón de Aquiles que permite al estado y el capital borrarnos con tan solo apretar un botón. Cuanto antes acabemos con esta dependencia, mejor.

Contenido Desde el ConfinamientoN°29:



martes, 1 de diciembre de 2020

COMUNICADO: La calma antes de la tormenta


Comunicado del colectivo Amor y Rabia

Más allá de quién sea nombrado presidente, las pasadas elecciones en EEUU han provocado una división profunda del país, ya que la mitad de la población que ha votado a Trump se niega a reconocer a Biden como presidente. Otro resultado ha sido el resquebrajamiento de la legitimidad del sistema electoral estadounidense ante el resto del mundo, debido a los datos que está difundiendo el equipo de Trump para demostrar sus denuncias de pucherazo electoral por el Partido Demócrata.

Aparentemente, poco importa cual de los dos candidatos logre ser nombrado presidente, ya que su programa es idéntico: ambos proponen seguir financiando a la oligarquía mediante subvenciones gigantescas a costa del resto de la población, ambos favorecen ideologías identitarias interclasistas para evitar que la discusión política se centre en la distribución desigual de la riqueza, y ambos tienen los mismos objetivos estratégicos: asegurar la hegemonía global de EEUU aplastando a Irán, cercando a Rusia y provocando la quiebra de China. La diferencia aquí estriba quizás en los tiempos: Trump favorece una estrategia aislacionista centrada en asfixiar a China, considerada la amenaza principal, mientras que Biden, candidato del Complejo Militar-Industrial, divide el planeta en buenos y malos y podría, por ejemplo, reanudar la guerra contra Siria iniciada por Obama y Clinton.

Pero lo que está teniendo lugar en EEUU importa mucho por varios motivos:

1) Si se confirmasen las denuncias de manipulación de las elecciones mediante algoritmos con los aparatos de Dominion y Smarmatic, automáticamente podrían cuestionarse también aquellos procesos electorales en otros países que han utilizado dichas máquinas y cuyo resultado fue también muy ajustado, como los referéndums británicos por el Brexit o la independencia de Escocia.

2) Ha puesto de manifiesto el enorme poder de la nueva oligarquía digital y mediática, concentrada en muy pocas manos: tan sólo tres redes sociales -Facebook, Google/YouTube y Twitter- y cuatro gigantescos consorcios mediáticos de EEUU controlan la imagen de la realidad en occidente; este monopolio de la verdad, que tras 2016 favoreció la difusión de teorías conspiranoicas que aseguraban que Putin estaba detrás de la inesperada victoria electoral de Trump, ha nombrado presidente de EEUU a Biden en pleno recuento de los votos y se ha dedicado desde entonces a censurar las denuncias de manipulación electoral.

3) Pone al descubierto las consecuencias del monopolio ideológico que EEUU ha logrado imponer sobre la izquierda occidental mediante las políticas balcanizadoras de las identidades, y cuyo principal impulsor es el entorno del Partido Demócrata. El silencio absoluto actual de la izquierda ante lo que está pasando en EEUU -quien calla otorga- es consecuencia de esta lobotomía ideológica.

Pase lo que pase en los próximos meses, lo único que es seguro es que nos estamos adentrando en una “era del desorden”, como avisó el pasado septiembre el Deutsche Bank; un desorden que no es casual, sino consecuencia directa de la aplicación de la estrategia del shock por parte de la oligarquía para imponer sus intereses, empobreciendo a la población occidental y sembrando de guerras y desestabilización el resto del planeta. Desde Amor y Rabia llamamos a la clase trabajadora, hoy más que nunca, a organizarse para luchar contra la concentración de la riqueza en pocas manos y rechazar las visiones pesimistas con las que nos bombardean los medios de comunicación constantemente. Porque, como decía Brecht, quien lucha puede perder, pero quien no lucha ya ha perdido.