viernes, 28 de enero de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 53: En defensa de la pornografía

EDITORIAL: La izquierda derechizada


Un mito persistente afirma que la existencia del “Estado del bienestar” se debe a la competencia con el comunismo durante la Guerra Fría: acabada esta, el Capital abandonó todo intento de humanizar su imagen. Como todos los mitos, este es también mentira: el “Estado del bienestar” es puesto en marcha por el gobierno inglés para hacer frente a su pérdida de estátus de potencia hegemónica, y ahorar costes. En EEUU, será el consumismo y no el “Estado del bienestar” lo que surgiró de competir con la URSS, al dar lugar a la construcción del sistema de autopistas, para facilitar la movilidad en caso de guerra atómica.


Tan falso como el mito del origen del “Estado del bienestar”, es el mito que dice que su final se debe a la ausencia de una competencia con el coomunismo. Dejando de lado que China es un ejemplo de modelo de desarrollo centrado en el bienestar colectivo, más válido -por exitoso- que la URSS, lo cierto es que el “Estado del bienestar” empezó a derrumbarse en los 70, mucho antes del fin de la URSS, con la puesta en marcha del neoliberalismo. De hecho, fue el abandono del “Estado del bienestar” por el Capital occidental lo que aceleró la caida de la URSS, al ser incapaz de competir con el turbocapitalismo financiero y la digitalización impulsada por el Complejo Militar-Industrial de EEUU.


Lo que debe su existencia a la lucha contra el comunismo es el progresismo anticomunista, que sirvió de punta de lanza de lanza del Capital para penetrar en la izquierda y acabar con la hegemonía comunista en la llamada “Guerra Fría cultural”. El uso de todo tipo de ideologías, muchas de ellas contradictorias entre si, sirvió para acabar con la hegemonía marxista en el mundo cultural e intelectual, acorralando a los antaño todopoderosos partidos comunistas. Tras la caida de la URSS, el progresismo anticomunista se hizo hegemónico y transformó en la llamada “izquierda posmoderna”, que no es otra cosa que la ideología imperial, cuyas ideas son generadas en EEUU y difundidas después al resto del mundo. El “intervencionismo humanitario”, la “discriminación positiva”, el puritanismo, victimismo, balcanización identitaria o “cancel culture” (=censura de la disidencia) son algunos de sus tentáculos: es el enemigo a combatir.


viernes, 14 de enero de 2022

Desde el Confinamiento, N°. 52: EEUU contra Eurasia

EDITORIAL: La gran estafa


En febrero de 2020, justo antes del inicio de las “medidas contra la pandemia” en occidente, el billonario Dan Peña anunciaba sin pelos en la lengua lo que se avecinaba en una entrevista:


“¿Qué le vas a contar a tus hijos y nietos dentro de 25 años si te dicen que estuviste sentado en tu jodido culazo sin hacer nada durante la mayor redistribución de la riqueza de la historia de la Humanidad? ¿Qué hiciste? ¡Joder, nada! Eso es lo que les dirá la mayoría de vosotros. Chicos, la situación no va a mejorar... estamos en el ojo del huracán de la jodida tormenta perfecta. ¡Ahí estamos! Nunca pensé que volvería a vivir algo así. Va a hacer que los 80s parezcan un cuento para niños... Doy las gracias a Alá, Buda, Dios. Yo participé en pegar y violar a todo el mundo en los 80s. Legalmente. Esto va a hacer que aquella época parezca un jodido cuento para niños. ¿Y qué le vas a contar a tus hijos? «O, tengo que hacer una tabla de datos sobre ello». «Tengo que pensarlo». «Tengo que leer otro libro sobre fusiones y adquisiciones de empresas». Jodidos imbéciles..."


Casi dos años después, las palabras de Peña, un personaje que representa a la perfección la falta de escrúpulos del capitalismo, se han manifestado como proféticas: desde el inicio de la pandemia ha tenido lugar la mayor redistribución de la riqueza de la historia, acelerando la concentración de la riqueza en pocas manos, sin que haya habido la menor resistencia para impedirlo.  De este enriquecimiento brutal se han beneficiado especialmente los titanes de Silicon Valley, como muestran varios ejemplos de los Top Ten que más dinero ganaron en 2001, según Bloomberg:  Larry Page, (Google) ganó 47.000 millones y pasó a tener 129.500, Mark Zuckerberg (Facebook) ganó 24.900 millones y pasó a tener 128.400, Steve Ballmer (Microsoft), ganó 40.300 y pasó a poseer 120.700, Larry Ellison (Oracle) ganó 28.400 y pasó a poseer 108.100...


Y ¿qué pasó con la clase trabajadora? Tras dos años de gestión hipocondríaca de la pandemia, los sistemas públicos de sanidad de occidente están en un estado lamentable, con la asistencia primaria reducida a mínimos, lo que ha favorecido que se acelere la privatización al obligar a millones de personas a hacerse un seguro sanitario privado para un amplio abanico d+que abarca desde los servicios básicos (atención personalizada y no telefónica, como en la sanidad pública) a la medicina preventiva, como los diagnósticos de cáncer, que la sanidad pública ha reducido al mínimo para centrarse en el Coronavirus, a pesar de ser tan mortales o más.


Y mientras  esto tenía lugar, ¿dónde estaba la izquierda, los sindicatos? Callados, aprobando en silencio cada nueva ronda de medidas irracionales e hipocondríacas, pese a que la ineficacia de las vacunas y las declaraciones de Macron de querer “joder la vida a los no vacunados” dejan claro que esto no va de salud. Es una estafa.