CONTENIDO:
- INTRODUCCIÓN: La leyenda de Kronstadt un siglo después, por Rabioso
- Kronstadt 1921, por Paul Avrich
- Paul Avrich, 1931-2006, por Kate Sharpley Library
- Un cronista apasionado del anarquismo, por Julie Herrada
CONTENIDO:
- INTRODUCCIÓN: La leyenda de Kronstadt un siglo después, por Rabioso
- Kronstadt 1921, por Paul Avrich
- Paul Avrich, 1931-2006, por Kate Sharpley Library
- Un cronista apasionado del anarquismo, por Julie Herrada
EDITORIAL: La necesidad de organizarse
Negras tormentas agitan los aires: cada vez es más evidente que el único efecto real que han tenido las medidas contra el Coronavirus ha sido el acelerar la polarización social entre ricos y pobres. Mientras los ricos ganaban dinero como nunca -los más ricos duplicaron su riqueza en un solo año-, la pobreza ha crecido a gran velocidad, algo que se ve reflejado en las colas del hambre y que las organizaciones caritativas han pasado en Madrid de ayudar a 400 familias al día a más de 4.000.
Y el problema es que esto no ha hecho más que comenzar, ya que los estados van a eliminar las medidas que han servido para camuflar el estado real de la economía. El resultado ya se está viendo en el número cada vez mayor de ERTEs que se transforman en EREs y en el creciente número de empresas en quiebra, y falta por ver que pasará cuando se acaben las medidas para retrasar que las empresas se declaren en bancarrota. A esto hay que añadir que las medidas contra el Coronavirus han tenido efectos ruinosos en la llamada clase media: el gastar los ahorros para evitar cerrar tiendas o pequeños negocios ha puesto al filo de la navaja a este sector de la población, que no es más que el sector mejor situado de la clase trabajadora; si la situación no mejora habrá una cascada de quiebras que se reflejará en el ascenso de la extrema derecha y de los grupos identitarios de todo tipo, algo que está empezando a pasar ya.
Hoy como ayer, la única forma de hacer frente a esta situación es organizarse, y esto se está reflejando en el constante aumento de afiliación de los sindicatos anarcosindicalistas, únicos que son capaces de defender los intereses de la clase trabajadora al no ser una correa de transmisión de las mafias políticas. Pero esto no es suficiente: hay que pensar cómo poder luchar contra la ola de despidos que se avecina si las herramientas tradicionales para defendernos no están disponibles por la pandemia.
Los textos que incluimos en este numero son los siguientes: