Toda rebelión popular contra el poder establecido genera inevitablemente una mitología propia que posteriormente será manipulada por la nueva casta de gobernantes que surja tras dicha rebelión para legitimar su dictadura. Pero además de servir para perpetuar las jerarquías, el mito sirve también para recordar a la adormecida consciencia popular la debilidad intrínseca a todo poder, mostrando la fuerza de la resistencia del pueblo, manifestada durante la rebelión, manteniendo así vivo su recuerdo en la memoria colectiva. De esta forma, al mito de los caballeros medievales opuso el pueblo el de los salteadores de caminos que, al estilo de Robin Hood, robaban a los ricos (los caballeros) para dárselo a los pobres (el pueblo). En la península Ibérica este mito tomó cuerpo en la figura de Don Quijote, el cual, al mismo tiempo que ridiculizaba la infantil creencia en la existencia de héroes individuales que, al estilo del «príncipe azul». Liberarían al pueblo de sus cadenas (atacando así incluso al mito de Robin Hood), mostró también cómo la existencia de la humanidad, bajo los diversos tipos de explotación, se debate entre una vida gris, monótona y sin sentido, por un lado, y una defensa a ultranza de la libertad y la justicia, por otro lado. Si bien la definición concreta de los conceptos de libertad y justicia, en su práctica, cambian con el paso del tiempo, conservan su fuerza y su misma razón de ser en su búsqueda constante y sin resultado definitivo, tal y como ocurre, en la leyenda, con el mítico Grial (¿O acaso alguien cree en que sea posible lograr algún día un grado de libertad que pueda ser considerado absoluto y que, al mismo tiempo, conviva con la contradición que suponen los acuerdos necesarios para el funcionamiento de cualquier tipo de sociedad?).
La Revolución Rusa ha sido, sin duda, el mayor mito del siglo XX, el cual, tras haber nacido de una rebelión popular de una escala e intensidad desconocida hasta entonces en la historia de la humanidad, una vez restablecido el poder en Rusia fue utilizado como traje de gala por la nueva jerarquía en el poder. Esta situación no durará mucho: la rebelión de Kronstadt [o la guerrilla majnovista], aunque rápidamente aplastada, será el grito de rabia del pueblo, que denunciará la realidad de la misma forma que el niño de la fábula gritó ¡El rey está desnudo!, eliminando todo intento de legitimar a los nuevos amos. Desde entonces, el poder ha intentado acallar este grito por todos los medios a su alcance. Vana pretensión: rodo sistema de dominación lleva en sí inmerso el germen de la rebelión, y la dictadura bolchevique no pudo escapar a esta situación, tal y como ocurrió a sus antecesores, y el mito de la revolución bolchevique se ha resquebrajado, de la misma forma que un cadáver se pudre inevitablemente con el paso del tiempo.
Tras morir como mito popular, el bolchevismo murió por segunda vez, al ser incapaz de perpetuarse como sistema de dominación a partir de su aparente invencibilidad (debida, en gran parte, al propio tamaño de la URSS). La libertad, en cambio, sigue y seguirá vigente, ya que más que una idea es un sentimiento de resistencia a toda imposición y, sobre todo, es el medio por excelencia mediante el cual la vida se defiende contra todos los intentos de dominarla reglamentándola. Nosotros, como ocurrió ayer en Kronstadt [o en el sudeste de Ucrania] y como ha ocurrido siempre desde que la humanidad es, seguiremos luchando contra toda autoridad, por la libertad. Por la anarquía.
AMOR Y RABIA
Este texto [con algún añadido] fue la presentación de un antiguo número de nuestra revista AyR, y nos sirve, aún hoy día, para referirnos a lo que fue la Revolución Rusa. Este episodio histórico supuso uno de los más importantes y estuvo entre los de mayor transcendencia del pasado siglo XX, o el que más. Como en este año 2017 conmemoramos sus 100 años, para ello a lo largo del año publicaremos algunos textos sobre ello, como también reeditaremos algunos de los viejos números de nuestra revista que dedicamos al evento. Por ejemplo, el año pasado reeditamos en versión dos de los números que dedicamos al tema de la Revolución Rusa y sus consecuencias...
El 15 de marzo del año 1996, en el número 4-bis de AMOR Y RABIA, publicamos el comic (de Épistolier y Volny de 1972) que trata sobre la rebelión de los marinos y obreros de la fortaleza de Kronstadt en el Báltico, que fue duramente reprimida por el Ejército Rojo comandado por el dirigente bolchevique Lev Trotski, bajo el título «Kronstadt, 1921-1996», al que podéis acceder y descargar (¡si lo deseáis!) desde esta dirección:
Y en el número 25, del 21 de septiembre también de 1996, sacamos otro comic (de Spain Rodriguez del año 1975) dedicado a Stalin, bajo el título de «Stalin. Retrato de un bolchevique». Aunque este personaje fuese uno de los dictadores más crueles y siniestros de la Historia, y haya quién le considera el verdadero verdugo de la revolución, en realidad lo único que hizo fue cosechar lo que Lenin y Trotski previamente habían sembrado. También lo podéis conseguir a través de este otro enlace: